- No importa lo peligrosa o exigente que sea una escalada. Los hermanos Pou nunca dicen que no a la posibilidad de vivir una aventura colgados de una pared y cuando la ultrarunner brasileña Fernanda Maciel le pidió ayuda a Eneko Pou para culminar el recorrido de la carrera de ultrafondo Desafío Cantabria con la escalada del Naranjo de Bulnes, el alavés no se lo pensó dos veces. Maciel, que viene a ser la equivalente a los hermanos Pou en carrera de fondo, capaz de todo tipo de locuras y gestas solo al alcance de los más valientes, tuvo la idea de afrontar el reto de unir la localidad cántabra de San Vicente de la Barquera, situada en la orilla del mar cantábrico, con la cima del Naranjo de Bulnes, 2.519 metros por encima del nivel del mar.

En total, 83 kilómetros de recorrido y un desnivel acumulado de 6.200 metros que la brasileña completó primero corriendo y, una vez en el pie del Naranjo de Bulnes, escalando, acompañada en este último tramo de un especialista como Eneko Pou, uno de los que mejor conocen esta cima situada en el corazón de Picos de Europa.

En total, la brasileña tardó 14 horas y 47 minutos en completar el recorrido, 13 horas y 40 minutos corriendo y el resto escalando. Maciel salió de San Vicente de la Barquera el 13 de septiembre a las 18.00 horas y tuvo que adentrarse por los Picos de Europa y cruzar el Canal del Vidrio y la Collada Bonita, una zona muy técnica que se hace aún más difícil de noche. "Llegué a pasar miedo", admitió la corredora una vez completada la gesta.

Fernanda Maciel llegó a la Collada Bonita con los primeros rayos de luz y pronto vislumbró el imponente Naranjo de Bulnes, que no es propiedad de los hermanos Pou, pero casi. Los alaveses llevan treinta años escalando y abriendo nuevas vías en el que es su pico favorito. "Es un lugar en el que hemos hecho historia, además de una de las montañas más bonitas del mundo. Siempre que hemos tenido oportunidad hemos traído hasta aquí a los mejores. Que haya venido Fernanda es un motivo de orgullo", El alavés es consciente de que la capacidad de sacrificio de su compañera en el equipo The North Face no tiene límites, pero no se esperaba que llegara tan entera a la escalada final: "Cuando me la encontré allí con una sonrisa me quedé boquiabierto. Me la esperaba desencajada después de trece horas corriendo con 6.200 metros de desnivel€ La arropé, le di agua, comida, nos colocamos el material, y tiramos para arriba". En ese momento, Pou tomó la arriesgada decisión de escalar en simultáneo, más peligroso porque en el caso de que uno de los dos escaladores caiga arrastra al otro. "Vi que lo podía conseguir y quise ahorrar tiempo para que pudiera completar su reto en el mínimo tiempo posible", explica.

El primer tramo, repleto de obstáculos, les costó, pero una vez superada esta parte cogieron ritmo hasta la cima y la última parte decidieron escalarla sin la ayuda de cuerdas. Ya en lo alto, ambos se fundieron en un abrazo. "Fue un momento indescriptible. Estaba feliz por Fernanda, lo había conseguido. Desde la cumbre se veía perfectamente San Vicente de la Barquera; a muchos kilómetros de distancia pero ahí estaba. Miré a mi compañera pequeña y delgada y me pregunté: ¿De dónde ha sacado la fuerza para hacer esto?", recuerda Eneko Pou. Por una vez no fue él el gran protagonista, pero seguro que Fernanda Maciel no olvidará la inestimable ayuda del alpinista alavés.