- A Miguel Ángel López (Astana) le llaman Superman desde que en 2011 se defendió con tanta valentía como insensatez de dos ladrones mucho más grandes y corpulentos que él cuando intentaron robarle la bicicleta. El colombiano les plantó cara y, por culpa de ese atrevimiento, regresó a su casa con dos puñaladas y varios hematomas. Pero con su bicicleta. No tardó en correrse la voz de su hazaña por el mundillo ciclista, hasta que llegó a oídos de un comentarista que le bautizó ante sus micrófonos como Superman. Y como Superman se quedó. Sin embargo, en este Tour de Francia no es el ciclista del Astana quien ha volado por los Pirineos y ondeando su capa por el Macizo Central. En esta Grande Boucle, los héroes de cómic están siendo los eslovenos Primoz Roglic (Jumbo) y Tadej Pogacar (UAE), quienes han dominado con piernas de hierro el devenir de todas y cada una de las etapas de la ronda gala. Hasta ayer. Porque justo ayer, cuando Eslovenia entera se empadronó en la estación de esquí de Méribel para animar a sus dos superhombres, Supermán López encontró la criptonita que noqueó a sus rivales.

En la denominada subida de las estrellas, en el Col de Loze, el colombiano atacó de forma magistral, desplegó sus alas y se llevó su primera etapa en el Tour de Francia. De hecho, a 2.300 metros de altura, López fue el único que entró por delante de Roglic y Pogacar y el premio a su tenacidad fue asentarse de lleno en el podio. Un salto hasta la tercera posición de la general -le saca minuto y medio a Richie Porte (Trek), cuarto- que le convierte en la esperanza colombiana en el día de la retirada de un malparado y desilusionante Egan Bernal (Ineos). "Teníamos confianza porque este es nuestro terreno. A 2.000 metros de altitud me siento como en casa y el equipo siempre había estado allí, en la lucha por los puestos de honor. Mis compañeros han hecho un trabajo perfecto de principio a fin, se han dejado la vida para acompañarme. Omar Fraile, en particular, me ha sorprendido por cómo ha superado junto a mí La Madeleine, un puerto nada fácil para él", agradeció Supermán tras la etapa.

No podrá despistarse mucho Superman si no quiere perder el tercer puesto de la general porque esta tarde al pelotón le espera de nuevo una jornada durísima. Y es que el Tour continúa por carreteras alpinas con un recorrido de 175 kilómetros entre Méribel y La Roche Sur Foron. Una despiadada jornada con cinco puertos -el último, el Monteé du plateau des Glières, de categoría especial- y más de 4.000 metros de desnivel acumulado.