Osasuna, hasta la fecha lejos de poder mejorar su plantilla, se ha visto debilitado con la pérdida de sus dos laterales izquierdos: Pervis Estupiñán y Toni Lato. Para contrarrestar sendas bajas solo ha podido firmar a Juan Cruz, uno de los jugadores más destacados en Segunda División en las filas del Elche, mientras que en el centro del campo ha dejado el club Fran Mérida y en ataque han hecho lo propio José Arnaiz y Róber Ibañez.

Para reforzar la medular ha regresado a Iruñea el centrocampista Lucas Torró. La peor noticia para Jagoba Arrasate es la nueva y grave lesión del Chimy Ávila. El delantero argentino ha vuelto a lesionarse de gravedad después de haberse recuperado de su grave lesión de rodilla de la temporada pasada y tenía el encargo de volver a liderar el ataque de un equipo que aspira a mantener la categoría por segundo año consecutivo. No sufrió para conseguirlo la pasada temporada gracias al sacrificio colectivo y a la calidad de futbolistas como Rubén García y Roberto Torres, dos de los pesos pesados de un vestuario que unirá fuerzas para afianzar en la élite a un club que entrará en otoño en su centenario con El Sadar remodelado.