La sensible pérdida del mediapunta noruego Martin Odegaard, recuperado por el Real Madrid por expreso deseo de Zinedine Zidane, dejó un poso de amargura en la afición de la Real Sociedad que se encargó de mandar al olvido en un abrir y cerrar de ojos David Silva, fichaje estrella de un equipo que volverá a competir en Europa tras dos ediciones sin hacerlo. El canario, a sus 34 años, liderará sobre el verde a un conjunto txuri-urdin que ha atraído al de Arguineguín procedente del Manchester City gracias a un fútbol vistoso del que no se separará en una temporada que encara con aspiraciones renovadas. La final de Copa aplazada contra el Athletic y la Supercopa figuran como principales alicientes para una Real que buscará también asentarse en la zona noble de la liga bajo la dirección de Imanol Alguacil, quien continuará mirando de reojo a los jóvenes valores de Zubieta.

El regreso a los terrenos de juego de Asier Illarramendi tras su grave lesión en el arranque de la pasada temporada en San Mamés es otro aliciente para una atractiva Real que dará un salto de calidad si logra mejorar sus prestaciones defensivas, para lo cual busca central de garantías en un mercado en el que es probable que actúe antes del próximo 5 de octubre con vistas a mejorar una plantilla con el talento por bandera.