esta velocidad poco se puede hacer", dijo Mikel Landa (Bahrain) tras cruzar con los mejores la meta de la sexta etapa, a 2:53 de un perseverante Alexey Lutsenko (Astana). El ciclista de Murgia respondía así, aludiendo al alto ritmo de rodada, a las críticas de aquellos que protestan porque este Tour de Francia es una carrera bloqueada. De hecho, Landa replicó a los que lamentan el pánico que parecen tener los favoritos a atacar citando precisamente el temor que provoca una salida en falso, un ataque en vano como el que protagonizó ayer Fabio Aru (UAE). El italiano fue el único rebelde, el único que lo intentó en la última ascensión. Quiso rascar algunos segundos a la llegada masiva, pero terminó roto, exhausto y por detrás del pelotón. Y eso es precisamente lo que advirtió ayer Landa: que las exhibiciones pueden jugarte una mala pasada. "Hay un poco de miedo de precipitarse y pegarte un calentón para después no solo no hacer diferencias ni sacar ventaja, sino que incluso puedes perder algo de tiempo porque con un final así, a ese ritmo, es complicado hacer diferencia", concluyó.

Y de igual opinión, pero mucho más vehemente, fue Enric Mas (Movistar). El balear, que dio el susto de la jornada al sufrir una caída, invitó a rodar al compás de Tour a todos aquellos que tachan de aburrida, por la ausencia de escapadas, a esta edición de la ronda gala: "Si estuvieran encima de la bicicleta y vieran la velocidad a la que subimos, no dirían eso. El otro día subimos el puerto en el que ganó Roglic a 30 kilómetros por hora. Es imposible arrancar ahí porque si lo haces, te quedas. Y en esta etapa ha pasado lo mismo, Castroviejo se ha puesto a tirar a una velocidad increíble. Es un poco suicida atacar ahí". De hecho, Mas apuntó que esta edición de la carrera está siendo singular, con un pelotón exponiendo la máxima igualdad, debido al tremendo ritmo con el que está transcurriendo: "Está siendo un Tour muy rápido, no sé por qué, pero estamos corriendo con más cabeza que otros años".

Puede ser que la inminente llegada de los Pirineos, que aparecerán mañana, sea la causa de la velocidad de crucero que están imponiendo Ineos y, sobre todo, Jumbo en esta primera semana. Y a eso se agarra Mas, que augura mucha más valentía en las próximas jornadas: "Va a haber muchos equipos, en el que incluyo al mío, que lo van a intentar". De hecho, el mismo Landa reconoció tras la etapa de ayer que su conservadurismo, además de por la caída en la etapa inaugural, viene por tenerle ganas a los Pirineos y a sus dos recorridos con final abajo: "Pirineos me apetece, van a ser etapas diferentes así que quizá haya más movimientos, estrategias con más gente en fuga... Pueden ser etapas bonitas". Así pues, el de Murgia confía en sus posibilidades y ya avisó a sus rivales de que las molestias por la caída de la primera jornada ya están olvidadas: "Cada día estoy mejor y a los Pirineos llegaré bien".

A pesar de ello, antes de los Pirineos llega la etapa siete, con un recorrido trampa. Serán 168 kilómetros entre Millau y Lavaur, donde el viento podría crear más diferencias que los dos puertos, uno de tercera y uno de cuarta, que deberán superar los ciclistas. Con un largo final en llano, se presenta buen día para los esprinters.

Sexta etapa

Mikel Landa

Pello Bilbao

Romain Sicard

Ion Izagirre

Jonathan Castroviejo

Mikel Nieve

Gorka Izagirre

Omar Fraile

Imanol Erviti

General

Mikel Landa

Pello Bilbao

Romain Sicard

Ion Izagirre

Gorka Izagirre

Mikel Nieve

Jonathan Castroviejo

Omar Fraile

Imanol Erviti