orprendente. Es lo primero que me ha venido a la cabeza al ver el desarrollo de la etapa. Solo recuerdo un día en el que no haya visto una etapa sin escapada y fue porque soplaba un fortísimo viento. En esta ocasión no ha sido así. Entiendo que aún estamos una quincena de equipos con líderes mirando a la general y que luego están las escuadras de los esprinters, pero que el resto no intente algo es algo inusual. El Tour es el mejor escaparate posible y no sé si tiene mucho sentido desaprovecharlo así. Más si cabe en los tiempos que corren. La visibilidad para los patrocinadores es fundamental. Se ve que el recorrido, en el que era muy difícil que una fuga prosperase, tampoco ha ayudado. Además, en el ciclismo de hoy en día cada vez es más complicado que una escapada, que exige mucho trabajo, logre los frutos deseados y eso también desanima. La etapa se la ha llevado Wout van Aert, un fuera de serie que está en un estado de forma impresionante. Para nosotros las miras están puestas en el reencuentro con la montaña. Creo que habrá batalla en la general. Mikel y yo revisamos la etapa de regreso de la concentración del equipo y puede ser un día peligroso. Los últimos 35 kilómetros son exigentes. Habrá que estar muy atentos.