- Ingeniera de Diseño Industrial y unas de las ciclistas más pujantes del panorama nacional desde hace tiempo. A sus 26 años y con nueve victorias ya en su haber a nivel profesional tras una carrera que describe una clara línea ascendente, Lourdes Oyarbide está convencida de que todavía tiene mucho margen de mejora encima de la bicicleta. En pocos días, la corredora natural de Egino encara el reto de defender el título de campeona estatal conquistado de forma brillante el año pasado en Murcia en la prueba de ruta. Tras el duro confinamiento vivido en Andorra a muchos kilómetros de casa, la alavesa del Movistar Team desgrana su momento actual dentro del ciclismo.

Se encuentra ya en la recta final de la preparación para el Campeonato de España en Jaén. ¿Qué espera en esta cita?

-Sería muy bonito revalidar el título, pero soy consciente de que es muy complicado. Al final es una carrera en la que puede pasar de todo. Suele ser la competición más rara del año porque se disputa a nivel nacional y ahora mismo la mayoría de las corredoras españolas con mayor nivel estamos en el mismo equipo. He entrenado bastante desde que nos dejaron salir de casa y la preparación ha ido bien. Llevo cuatro carreras en las piernas, la última semana la Strade Bianche y hace dos fines de semana las clásicas de Navarra y Durango, y me encontré un poco cansada. Creo que no asimilé del todo los entrenamientos que había hecho, pero esta semana he recuperado sensaciones. Todavía quedan unos días para el campeonato, pero llegaré en forma y con muchas ganas.

¿Donde observa más opciones de subirse al cajón: en la prueba de ruta o en la contrarreloj?

-El título de ruta está complicado. Somos muchas corredoras y entran en juego varios factores, por lo que tengo más esperanzas en la crono. Al final, es una prueba individual y una disciplina que me apasiona y en la que me gustaría ganar. He de reconocer que cada año sube mucho el nivel y no será nada fácil porque, a finales de agosto y en Jaén, el calor puede tener una gran influencia en lo que suceda.

¿Con qué se conformaría?

-Yo creo que en la crono puedo estar en el podio y en línea realmente no lo sé. Trataré de hacerlo bien, pero es muy complicado.

Todo el mundo le incluye entre el elenco de favoritos. ¿Le gusta esta responsabilidad?

-Acepto lo que venga. Entre las corredoras de mucho nivel que no están en el equipo, veo muy bien a Mavi García, que hizo segunda el otro día en la Strade Bianche, y Ane Santesteban, que en principio serán las máximas rivales. Aunque las compañeras del Movistar también sean rivales, lo que queremos es que el triunfo sea para alguien del equipo. Son rivales, pero lo primero de todo compañeras. Si consigue el título alguien del equipo, genial y objetivo cumplido.

¿Habrá táctica de equipo? ¿Tendrá libertad para atacar?

-Hasta el mismo día de la carrera no se habla de la táctica a seguir. Normalmente los técnicos saben el estado de forma y los puntos fuertes de cada una, entonces se trata de aprovechar eso. No dicen tal corredora tiene que ser la ganadora, pero más o menos se sabe quién está para ayudar y quién para rematar ese trabajo. Me tocará jugar con inteligencia mis bazas y, según se vaya desarrollándo la carrera, pues tomar una decisión en uno u otro sentido.

En el calendario también aparece a corto plazo a finales de agosto otra cita de campanillas como el Europeo de Plouay (Francia). ¿Tiene previsto correrlo o es demasiado para el cuerpo?

-La seleccionadora nos había comentado en un principio que, en el caso de tomar parte en la contrarreloj en Jaén, al ser dos días después de la prueba en ruta, se decidiría con tiempo quién iría y no se esperaría hasta el Estatal para tomar la decisión. Desconozco si ya es oficial, pero entiendo que la decisión final es que la selección española no vaya a la prueba de contrarreloj porque logísticamente es muy complicado llevar todo el material para competir dos días después y las corredoras llegarán con fatiga después del Nacional. Como no tiene sentido que vayas en malas condiciones a un Europeo, España tan solo llevará representantes a la prueba de línea. Hay ocho plazas disponibles, pero desconozco si querrán cubrirlas. Únicamente hay cinco días entre ambas competiciones y es algo que deberán pensar antes del Campeonato de España porque no hay margen para preparar el viaje.

¿Le queda un sabor de boca agridulce por no haber podido lucir tanto como quisiera el maillot de campeona estatal?

-Bueno, en este 2020 tan solo competí en la última semana de febrero y sí me queda algo de pena. El año pasado, desde julio hasta octubre, sí pude llevarlo con orgullo. La tristeza es evidente, pero con la situación en la que hemos estado en el país creo que hay cosas mucho más importantes que el deporte. Me quedo con un bonito recuerdo. Si tanto quiero este maillot, me tocará luchar ahora como una jabata para volver a enfundármelo.

¿Cómo vivió el confinamiento y qué tal se encuentra una ciclista tras tanto tiempo sin competir?

-Al principio me agobié mucho porque estaba acostumbrada a entrenar y competir al aire libre. De repente, te dicen que tienes que quedarte encerrada en casa. Me costó hacerme a la idea y nunca imaginé que el parón iba a ser de más de dos semanas. El primer fin de semana estuve un poco mal, pero una vez lo asimile y pude crear diferentes rutinas de entrenar en casa con el gimnasio y el rodillo, he ido manteniéndome. Claramente perdí la forma, pero con lo que he podido hacer en casa no me he quedado tan oxidada. Ha sido una especie de mantenimiento. Es cierto que no he estado en mi mejor momento, pero tampoco me he encontrado tan floja como si estuviera de descanso completo. A la hora de salir a la carretera, no me ha costado tanto coger la forma ni ha sido como cuando empiezas una pretemporada en noviembre tras las vacaciones. Las sensaciones fueron malas en la primera semana, pero al mes ya volví a recuperar un muy buen nivel. Creo que sí me ha cundido entrenar en casa. Cuando retomé mi vida normal en cuanto a entrenamientos y dieron el permiso en España a los profesionales, regresé de Andorra, me hicieron un justificante en la aduana para poder volver a casa y luego he estado entrenando estos últimos meses sin salir de Álava.

¿Ha sido casi peor a nivel mental?

-Sí, por descontado. De repente vas a empezar la temporada tras tantos meses de preparación desde noviembre y te obligan a quedarte en casa. Lógicamente ha sido complicado para todo el mundo.

Con 26 años asegura que todavía no ha alcanzado la madurez de su carrera. ¿Es realmente así?

-Sí, así lo creo sinceramente. En algunos momentos me sigo sintiendo como una juvenil. Tengo todavía mucho por aprender y explotar. El cuerpo tiene memoria y se ve ahora mismo que las corredoras que están despuntando se encuentran sobre los 30 años. Son ciclistas que lógicamente llevan mucho tiempo entrenando, compitiendo al más alto nivel y que poco a poco han conseguido estar en la pomada a base de oficio. Así como en hombres es una edad en la que ya son mayores, en mujeres es la mejor.

¿Dónde detecta un mayor margen para el crecimiento?

-En general, en todo. No hay una cosa concreta. Eso creo que te lo da la experiencia, el hecho de competir mucho y la constancia de seguir entrenando año tras año. El ciclismo es una carrera muy de fondo.

¿Tiene tiempo para compatibilizar el ciclismo con los estudios?

-Bueno, ahora mismo el deporte es mi trabajo y me dedico a él en cuerpo y alma. Hace unos años, cuando estaba en un equipo más pequeño como el Bizkaia-Durango, mi prioridad sí eran los estudios. Como no le tenía que dedicar todo el tiempo y mi prioridad era hincar los codos, mi nivel con la bicicleta era más bajo. Está claro que no puedes estar al cien por cien en todo, pero en aquel momento mi prioridad era estudiar. Una vez acabé, quise dedicarme full time al deporte y poco a poco he conseguido hacerme un hueco en esta modalidad tan difícil.

Tiene contrato en vigor en el Movistar Team hasta 2021. ¿Echará raíces en este equipo o le lloverán las ofertas de algún otro?

-No lo sé (risas). De momento, estoy a gusto, me cuidan mucho y me encuentro cómoda con las compañeras. El equipo va creciendo cada año y, si ves que el equipo va en la misma línea que tú, al final estás más a gusto. No tengo más que palabras de agradecimiento hacia ellos por el hecho de que el año pasado quisieran renovarme por dos temporadas más. Tener garantizada esta confianza es muy importante.

Los aficionados al ciclismo siguen a estas horas con el corazón encogido tras lo sucedido en la Vuelta a Polonia y la espeluznante caída de Fabio Jakobsen. ¿Le coge uno miedo a la bicicleta tras episodios de este calibre?

-Yo no soy una velocista. Lo tengo claro y sé los peligros que hay. No hace faltar ver una caída así para darme cuenta de los riesgos que entraña. Soy consciente de mis limitaciones en una llegada tan rápida y no se me ocurre meterme en un sprint. Sí puedo hacer una aproximación a una compañera y ayudarla en lo que pueda, pero no me meto. Esa no es mi guerra.