- Tras toda una vida asumiendo el mando de distintos banquillos del fútbol español, el gasteiztarra y exentrenador del Deportivo Alavés Natxo González se aventuró hace un año en su primera aventura lejos del fútbol nacional. El exfutbolista David Belenguer, que se convirtió en 2018 en el máximo accionista del CD Tondela de la primera división portuguesa, apostó por él para tomar las riendas del equipo y González no se lo pensó dos veces. El curso no ha sido fácil para el técnico gasteiztarra, aunque, por otro lado, pocas temporadas sencillas le ha tocado vivir a lo largo de su carrera. Esta vez terminó con un final de infarto, sellando la salvación gracias al gol de penalti del valenciano Pepelu en el minuto 89 del último partido de la temporada. Con el orgullo de haber completado el objetivo a pesar de que la próxima temporada no seguirá en el Tondela, el técnico alavés atiende a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA mientras disfruta de sus vacaciones en familia.

¿Sigue todavía con los nervios a flor de piel o ya se le ha pasado la tensión del último partido?

-Me duró bastante la tensión, sí (ríe). La verdad es que entre el partido y ahora el viaje no he parado. Ahora ya estoy más tranquilo de vacaciones.

¿Cómo vivió ese último encuentro contra el Moreirense desde el banquillo?

-Con muchos nervios. Lo bueno era que dependíamos de nosotros mismos para salvar la categoría, lo cual ya es muy importante. Nos pusimos por delante en el marcador en el ecuador del encuentro, por lo que teníamos la situación bastante controlada. Luego nos empataron y ahí sí que hubo más tensión porque un gol nos dejaba fuera. Nos empezaron a apretar y, aunque no generaron ocasiones, la incertidumbre siempre está ahí.

Y entonces llegó el gol de penalti.

-Ahí ya lo vimos más claro. Lógicamente se sufre mucho cuando te juegas la vida en el último partido. Sabíamos que siendo un equipo pequeño nuestro objetivo era la permanencia y nos iba a tocar pelear hasta el final, pero no deja de ser una gran responsabilidad. Los descensos son siempre muy traumáticos.

¿Se siente impotencia cuando todo el trabajo de un año entero depende de que un jugador anote o falle un penalti?

-Al final es lo de siempre. Los entrenadores tenemos la labor de intentar preparar todo lo que es controlable, pero luego son los artistas los que tienen que actuar dentro del campo. Además, en este caso entra más en juego el factor emocional que el táctico. La responsabilidad es enorme, pero Pepelu, a pesar de solo tener 21 años es un jugador con el temple suficiente para gestionar bien situaciones como esa.

¿Qué valoración hace de su primera temporada en Portugal?

-El objetivo era lograr la permanencia y lo hemos cumplido. Es verdad que empezamos bien la primera vuelta y hubo un momento en el que pensamos que no llegaríamos tan ajustados al final, tal vez en enero nos tuvimos que haber reforzado un poquito más. En la reanudación de la liga tras la pandemia hemos obtenido un porcentaje de puntos similar al de antes de la pandemia, pero los equipos de abajo han logrado una cantidad de puntos impensable y eso ha provocado que se aprieten las cosas en la parte final.

¿Qué le parece la liga portuguesa?

-Es una competición muy interesante y a nivel táctico se ven estrategias diferentes. Al igual que en todas las ligas, cuesta ganar. Lógicamente, comparada con la española está un poco por detrás en cuanto a medios e infraestructura porque hay menos dinero, los presupuestos son más bajos. En ese sentido, se echan de menos los medios que hay en España. En cualquier caso, ha sido una experiencia positiva que me ha ayudado a seguir creciendo como entrenador.

¿Qué me dice del club y de la ciudad de Tondela?

-Es un lugar muy pequeñito, la verdad es que es un milagro que puedan tener un equipo en Primera División. Es un sitio bonito, tranquilo, acogedor... Lo bueno es que hay cero presión externa y eso me ha permitido trabajar cómodo.

¿Tenía ganas de reencontrarse con la familia después del confinamiento y un año en Portugal?

-No se lo puede ni imaginar.

Al final, usted y el Tondela han decidido separar sus caminos y no completar el segundo año de contrato. ¿Por qué?

-Una vez terminada la temporada, me he tomado un tiempo para tomar una decisión y después de consultarlo con mi mujer y mi hijo, que han estado allí conmigo, y valorar lo que me ofrecía profesionalmente seguir un año más en Tondela, he llegado a la conclusión de que no tenía la motivación suficiente para continuar allí.

¿Ha acabado mal con el club?

-No, para nada. Como bien se sabe, estas rupturas no siempre terminan bien, pero en este caso ha sido relativamente fácil. Una vez tomada la decisión, nos sentamos a negociar y llegamos a un acuerdo que nos conviene a ambas partes.

¿Tiene ya alguna propuesta de otro club sobre la mesa para la próxima temporada?

-Sí, me han llegado dos o tres ofertas que no han llegado a cristalizar. Ahora estoy tranquilo, no descarto hacer un pequeño parón para dedicarme a asuntos a los que no puedo dedicarme normalmente. Si llega alguna oportunidad interesante personal y profesionalmente será bienvenida, pero ahora mismo no tengo prisa para encontrar equipo.

¿Ha seguido la temporada del Deportivo Alavés?

-Sí, la he seguido bastante, veo mucho fútbol español.

¿Qué le ha parecido?

-Parecía que podía ser una temporada tranquila, pero con la racha de derrotas posterior al confinamiento se llegó al límite al final. Tanto que al final ocurrió lo de siempre, se acaba por cesar al entrenador. Se apuró demasiado al final, pero se logró el objetivo, que es mantenerse un año más en Primera División, lo cual es un éxito para el Alavés. Me alegro muchísimo de que les vaya bien.

Si a usted le llaman para dirigir un equipo tan solo dos semanas como a López Muñiz, ¿lo cogería?

-No lo sé, no me he visto en esa tesitura ni conozco las condiciones con las que vino. Imagino que existiría alguna posibilidad de prolongar su estancia. Él estaba sin trabajo y se le presentó un reto bonito, de esos que nos gustan a los entrenadores. Consiguió enderezar el rumbo y seguro que es un motivo de orgullo para él. Luego ya renovar no depende de uno, sino del propietario.

¿Estima que Machín es un buen entrenador para el Alavés?

-El tiempo lo dirá. Completó unas temporadas muy buenas en Girona, pero en Sevilla no le acabaron de salir las cosas. Si en el club consideran que es la persona adecuada, adelante.

¿Encajará su estilo de juego con el Alavés?

-Es un entrenador que tiene una idea muy clara, no suele modificar su tradicional esquema de tres centrales. Como siempre, su éxito dependerá de que cuente con jugadores que se adapten bien a su estrategia. Creo que se trata de un perfil interesante para un equipo de las características del Deportivo Alavés.

¿Por qué no hay más técnicos alaveses en la élite? El curso que viene habrá seis entrenadores vascos en Primera, ninguno del territorio.

-Hay que tener en cuenta que Álava es una provincia más pequeña que Gipuzkoa y Bizkaia, y eso influye, lógicamente. En cualquier caso, llevo sin entrenar en Álava desde que dejé el Alavés hace siete años, no sé cuál es la situación ahora mismo.

"Aún me dura la tensión del último partido, ahora solo pienso en desconectar unos días con la familia"

"En la liga portuguesa se ven estrategias interesantes y cuesta ganar, pero hay menos recursos financieros"

"Ahora no tengo prisa por firmar con otro equipo; he recibido ofertas, pero no descarto un pequeño parón"

"El éxito de Machín en Vitoria dependerá de que cuente con jugadores que se adapten a su estrategia"