- Ion Vélez (Tafalla, 17 de febrero de 1985) deja el fútbol después de 18 temporadas en las que ha disputado casi 400 partidos entre Primera, Segunda, Segunda B y Tercera, anotando un total de 54 goles. En su trayectoria, el delantero ha pasado por equipos como el Athletic -con el que disputó una final de Copa-, el Deportivo Alavés, el Girona, el Mirandés o el Tudelano. Ahora, Vélez cuelga las botas en la Peña Sport, el equipo que le vio crecer.

Usted debutó con la Peña Sport en Segunda B con tan solo 17 años.

-Para un chaval de Tafalla, debutar en el equipo del pueblo en Segunda B era algo increíble. Yo tenía admiración por muchos de mis compañeros. Estuve con grandes jugadores como Sergio Amatriain, con el que luego coincidí de entrenador, Berriozabal, Iturralde o Diego Ruiz, que me hicieron muy fácil el paso a Segunda.

¿Cómo fue su primer año fuera de Tafalla, en el Basconia?

-Tenía 19 años y estaba acostumbrado al entorno de Tafalla, con mis amigos y mi familia. Al principio sí que extrañaba un poco a la gente, pero enseguida hice buenos amigos con los que todavía guardo relación.

Después llegó al Bilbao Athletic. ¿Fue ahí cuando se dio cuenta de que podía triunfar en el fútbol?

-La verdad es que yo siempre he sido bastante realista. Veía a jugadores con los que compartía vestuario en aquella época que veían muy sencillo el paso al primer equipo. La verdad es que yo nunca lo he visto sencillo. Al final, ha sido el día a día lo que me ha permitido seguir avanzando en el fútbol.

El debut en Primera se hizo esperar hasta los 22 años.

-Sí. En el fútbol actual, con 22 años se te considera ya casi mayor para estar en un filial. Pero bueno, con un poco de suerte pude debutar. Encima, respondí bien y fue algo muy bonito. Debuté contra Osasuna, vino mucha gente de Pamplona y de Tafalla y fue especial en todos los sentidos. Ni soñándolo, fue perfecto. El partido en sí lo recuerdo como en una nube; jugar ante tanta gente fue una sensación de la leche.

En el Athletic coincidió con jugadores como Iraizoz, Iraola, Javi Martínez, Orbaiz, David López, Susaeta, Yeste, Llorente...

-Son jugadores que ves en la tele y que admiras, con una calidad tremenda. Vas entrenando con ellos y es un continuo aprendizaje.

¿Cómo vivió la final de Copa del Rey con el Athletic?

-Es un momento súper especial. La gente respondió de una manera exagerada. Aquello fue brutal y es de los mejores recuerdos que me llevo.

Luego sufrió varias lesiones graves: primero de tobillo en el Athletic y después de rodilla con el Girona. ¿Se planteó dejar el fútbol?

-Fueron momentos muy duros y claro que tuve dudas. Recuerdo la lesión de rodilla que fue especialmente grave y muchos médicos me decían que seguramente no podría volver a jugar a fútbol. Era una de esas lesiones que ves el vídeo y te da para atrás. Sentí como en un accidente: algo a toda velocidad y después estás en el suelo. Fue bastante fuerte, pero la verdad es que acerté con el cirujano y tuve suerte. A los diez meses ya estaba compitiendo otra vez. Seguí y pude jugar unos cuantos años más.

Y recuperó un nivel muy alto en el Alavés en la dupla de ataque que formó con Borja Viguera.

-Es de los años que mejor recuerdo tengo de toda la carrera. Al final, nos salvamos en la última jornada de bajar a Segunda B, pero fue un año que yo me encontraba bien. Después de la lesión de rodilla, fue muy bonito volver a sentirme a un buen nivel y en un sitio como Vitoria, con una afición que es espectacular.

Después de un año en el Mirandés, decidió volver al fútbol navarro y estuvo tres años en el Tudelano.

-Yo ya venía un poco castigado de los años y tal. Pero bueno, el primer año mantuve cierto nivel. Luego sí que me costó un poco más. Tuve lesiones y no estuve al nivel que me hubiera gustado. Estos últimos años han sido un poco difíciles. Me siento súper agradecido a la gente de Tudela, pero me hubiese gustado estar a un nivel mucho mejor.

Este año, ha cerrado el círculo volviendo a la Peña Sport.

-Sí, lo tenía claro desde hace tiempo. Los mejores años de fútbol son los que pasas en la cantera y yo me he formado como futbolista en Tafalla y quería acabar en el mismo sitio y agradecer todo lo que el club me ha dado. Este año ha sido muy complicado en todos los sentidos. La Peña Sport es un referente en la Tercera División y la idea era pelear por los puestos de arriba. Pero nos ha costado todo el año y encima hemos tenido un final atípico. Tenía claro que lo iba a dejar este año, porque cada vez me veía entrenando con más dolores y no tenía mucho sentido seguir.

¿Cuál es el mejor recuerdo de toda su trayectoria?

-Me quedo con varios. El debut con la Peña, el debut en Primera División con el Athletic, la final de Copa y el partido con el Alavés en Jaén. Al final, lo que más me llevo es la gente: los compañeros con los que vas coincidiendo, la gente del club. En el fútbol profesional, pasas tantas horas entrenando y conviviendo que al final se convierten en familia.

¿Cómo le gustaría que se le recordara como futbolista?

-Como un hombre de equipo, sin duda. Creo que es mi mejor faceta. Era un jugador sacrificado que buscaba ayudar al equipo en cualquier momento. Igual no he destacado por ser un goleador, pero seguro que mis compañeros y entrenadores agradecían mi trabajo.

"Mi primer año en Vitoria y el partido de la salvación en Jaén son de los mejores recuerdos de mi carrera"

"Lo mejor que me llevo del fútbol es la gente de los clubes y mis compañeros: se convierten en una familia"