REAL MADRID Courtois; Carvajal (Lucas Vázquez, m.84), Varane, Sergio Ramos, Mendy; Casemiro, Kroos (Isco, m.84), Modric (Fede Valverde, m.84); Rodrygo (Marco Asensio, m.62), Hazard (Vinicius, m.62) y Benzema.

VILLARREAL Asenjo; Mario, Pau Torres, Sofian, Quintillà: Anguissa (Manu Trigueros, m.82), Moi Gómez (Santi Cazorla, m.62), Rubén Peña (Bruno Soriano, m.46), Morlanes (Iborra, m.62), Samu Chukwueze (Ontiveros, m.46)y Gerard Moreno.

Goles 1-0, m.29: Benzema. 2-0, m.77: Benzema, de penalti. 2-1, m.83: Iborra.

Árbitro Hernández Hernández (colegio canario). Amonestó a Carvajal, Modric e Isco, por el Real Madrid; y a Sofian y a Quintillà, por el Villarreal.

Estadio Alfredo Di Stéfano.

- Un doblete de Karim Benzema ante el Villarreal en su curso más goleador sentenció la Liga a falta de una jornada, la trigésima cuarta del Real Madrid en su historia, la segunda de Zinedine Zidane, que dejó un sello inconfundible a una competición marcada por meses de parón por el coronavirus y una racha triunfal de diez partidos que sentenció el título. Diez triunfos consecutivos, 19 goles a favor con Benzema como referente y apenas tres en contra con Courtois salvador. Una apisonadora posconfinamiento que reivindica más que nunca el trabajo de Zidane.

Intensidad defensiva de un equipo que lucha unido y domina al rival hasta que encuentra el momento de asestar un golpe. Lo encontró por un error impropio de la elite de Sofian Chakla en salida de balón.

Así llegó el tanto que rompió el partido. El error de Chakla donde un defensa tiene prohibido fallar. Inicio de jugada, su equipo descolocado, pérdida de balón arriesgando el pase con Casemiro adelantándose para el robo y Modric en un jardín con espacios para inventar. El movimiento inteligente de Benzema, al espacio, y la definición con el balón por debajo de las piernas de Asenjo. El Barcelona perdía. La Liga estaba sentenciada.

El Real Madrid sentía el título en sus manos, supo competir y sufrir cuando le tocó. La reacción de su rival apenas dejaba una llegada, un Villarreal que pisa mucha área y exige a porteros rivales apenas probó una vez a Courtois. Aún conmocionado por un fortísimo rodillazo en su frente en un choque con Quintillà no le hizo temblar. Nada pudo hacer con su vuelo al testarazo de Iborra cuando el encuentro parecía sentenciado. Un penalti de traca, primero, y repetido después por Benzema amplió la distancia y convirtió en anecdótico el golazo de Iborra. Courtois aún tuvo que salvar el final antes de la celebración.