- Las distintas modalidades deportivas van regresando poco a poco a la normalidad y el atletismo alavés dio un importante paso adelante el pasado fin de semana con su vuelta a la competición en la primera de las cinco pruebas de control que tendrán lugar en Pamplona. El club gasteiztarra Barrutia no se quiso perder la reanudación y participó con siete de sus atletas, con muy buenas sensaciones para todos ellos. También estuvieron presentes otros dos conjuntos alaveses. El Club de Atletismo La Blanca viajó con seis atletas e Iraia Knörr acudió en representación de Zailu Atletismo.
En la categoría femenina, María Ortiz de Pinedo y Laura García demostraron no haber perdido la forma durante la cuarentena y superaron su mejor marca personal en la prueba de 1.000 metros, con tiempos de 3:09:78 y 3:11:22 respectivamente. Maitane Nanclares, por su parte, también batió sus propios registros en los 150 metros lisos con un tiempo de 19:67, logrando bajar, por lo tanto, de la barrera de los 20 segundos. Cerca estuvo Libe Askasibar, que marcó un 20:27 en la misma prueba. Nagore Hernández fue la mejor en 500 metros al completarlos en 1:28:01.
Tampoco fueron mal las cosas en la categoría masculina. Andoni Arranz bajó su mejor marca en la prueba de 1.000 metros hasta los 2:39:65, mientras que Adrián Mínguez saltó 5,09 metros en la prueba de salto de longitud, nuevo récord personal para él. El evento, que tuvo lugar en Larrabide, siguió estrictamente las medidas de seguridad, se desinfectó el material tras cada prueba y contó con una afluencia limitada de público. Un buen pistoletazo de salida para la reanudación del atletismo alavés.