- "Hicimos los test PCR antes de estar concentrados y también al llegar a la concentración", narra Pello Bilbao (Gernika, 1990). Manda la realidad del coronavirus, azote del mundo. También en el cónclave que realizó el Bahrain McLaren días atrás, entre el 24 y el 30 de junio, en los Alpes franceses con el objetivo de examinar al detalle las etapas que posiblemente decidan el Tour de Francia.

Inspeccionando el recorrido, además del gernikarra y Mikel Landa estuvieron Wouter Poels, Matej Mohoric, Damiano Caruso y Dylan Teuns. El ciclista vizcaino es uno de los fijos del equipo que sostendrá en las montañas las opciones de Mikel Landa en su asalto al trono de los Campos Elíseos de París. "Nosotros tenemos un bloque pensado en exclusiva para Mikel y eso creo que nos pueda dar una ventaja", desgrana Pello Bilbao en una charla con DNA en la que radiografía los puntos calientes de la GrandeGrandeBoucle

Supongo que además de examinar el terreno, la concentración sirvió para hacer piña, más en un equipo nuevo y que apenas ha podido mantener contacto por la pandemia del coronavirus, el confinamiento y la nula competición.

—La concentración ha servido para hacer piña y conocernos mejor. Nos hemos entendido muy bien como equipo. Ha estado muy bien organizado y todos teníamos las ideas claras y la planificación. Hemos examinado las etapas al detalle. Ese era el gran objetivo. Hacíamos charlas previas al entrenamiento para centrarnos lo mejor posible en el reconocimiento. Creo que hemos sacado bastante jugo al tiempo que hemos invertido. En mi caso, en lo que será mi segundo Tour si toda va bien, el reconocimiento será de gran ayuda para saber a lo que te enfrentas, no solo en las subidas, sino también en las bajadas. Conocer el terreno antes de competir siempre ayuda.

¿Cómo fue el reconocimiento de etapas del Tour de Francia?

—Muy bien. Hemos examinado al detalle cinco etapas más la crono. Salvo las etapas iniciales, las de Niza, que esperemos revisar antes del Tour, nos hemos fijado principalmente en el encadenado de los Alpes, que creo que es donde estará la clave de la carrera, pero también aprovechamos para revisar otros escenarios. Hay que tener todo planificado lo mejor posible si no queremos fallar en el Tour, que es donde se concentra toda la temporada.

¿Considera que serán los Alpes los que marquen el desenlace de la carrera?

—Diría que la dureza del Tour se concentra en los Alpes con el encadenado de las etapas 16, 17 y 18, que se disputarán después del segundo día de descanso de la carrera. Antes, en la jornada 15, se subirá la Grand Colombier, un puerto duro y exigente. Creo que estas etapas, junto a la crono de la jornada 20, son el plato fuerte del Tour, aunque tampoco podemos olvidar el Macizo Central que es un terreno duro. La etapa 12 acumula 4.400 metros de desnivel. Será dura y complicada.

¿Cuál es para usted la más exigente de las jornada alpinas?

—Creo que la etapa 17 será la más dura. Es la etapa reina de este Tour. Se llega a casi 2.400 metros de altitud, con un final en alto y con dos puertos de 20 kilómetros con un porcentaje del 8% antes de la meta, ambos Fuera de Categoría. El último puerto, el Col de la Loze es inédito, con unos 5 kilómetros finales realmente duros, tremendamente exigentes. Se sube por una carretera estilo bidegorri que une dos valles y atraviesa la estación de esquí de Méribel. La han asfaltado para la carrera. Son 5 kilómetros mortales, con mucho curveo y rampas que llegan al 18% y el 20%. Todo ese final espera después de haber superado antes la Madelaine, otro puerto eterno, de 17 kilómetros, y que llega a los 2.000 metros.

La altitud es otro elemento a tomar en cuenta, más si cabe en la parte final del Tour. Egan Bernal despachó su triunfo el pasado curso en la ascensión al Iseran, una cima muy por encima de los 2.000 metros.

—Sí, en ese aspecto me ha sorprendido que no haya más puertos por encima de los 2.000 metros de altitud. Creo que es una medida que ha adoptado la organización para no dar demasiada ventaja a los colombianos, que son los que mejor se adaptan a la altura. Que los puertos no sean tan altos es algo que por mi parte agradezco.

En la 18ª etapa asoma el Plateu des Glières en una jornada con varios puertos.

—La 18º etapa no es tan dura sobre el papel, pero se encadenan cinco puertos, no son unas subidas fuera de categoría ni mucho menos, pero después de la paliza que se espera el día anterior y con la fatiga acumulada de la carrera, será una etapa muy dura. Eso sí, los últimos cinco kilómetros del puerto final tienen grandes porcentajes. La subida a Monteé du Plateau des Glières será la puntilla, se hará muy dura. Una vez coronado y tras ascender una pequeña subida se desciende hasta meta.

Después, el penúltimo día de carrera aguarda la crono, de 36 kilómetros y con final en alto, en La Planche des Belles Filles, donde definitivamente se decidirá el Tour.

—Desde mi punto de vista, la crono no tiene el misterio que esperaba. La primera parte es para dar pedales, para desarrollar potencia. Unos 15 kilómetros de terreno ondulado pero en el que se puede ir muy rápido. Un especialista sacará tiempo en ese tramo porque se pueden obtener grandes ganancias sin excesivo desgaste. Después hay una parte intermedia que pica para arriba antes de acometer una bajada y toparse con la subida de La Planche des Belles Filles. Son unos cinco kilómetros con rampas del 10%. A esa ascensión hay que llegar con fuerza y aire suficiente y servirá para que los escaladores recuperen terreno respecto a los especialistas. Es una etapa muy buena para un corredor como Roglic, que tiene el potencial de los escaladores y es una gran especialista contra el reloj.

Habla de Roglic, que junto a Dumoulin capitaneará el Jumbo. Bernal, Froome y Thomas, tres vencedores del Tour, esperan en el Ineos. No será sencillo competir contra ellos.

—No, pero creo que tenemos un gran bloque para competir con el Ineos y el Jumbo, aunque tal vez estén por encima nuestro. Eso sí, somos conscientes de que va a ser muy difícil estar a la altura del Ineos; son los vencedores de los últimos Tours y acumulan mucho talento y experiencia, pero vamos a intentar aprovechar cualquier oportunidad o resquicio que haya para intentar ganar el Tour con Mikel Landa.

A diferencia de esos equipos, ustedes acuden con un líder único, Mikel Landa.

—Nosotros tenemos un bloque pensado en exclusiva para Mikel y eso creo que nos pueda dar una ventaja sobre el resto. No hay dudas respecto al liderato. Mikel es el líder. La experiencia de los últimos años nos dice que para ganar la carrera es necesario un superequipo centrado en un solo objetivo y con un único líder. Landa tendrá un equipo a su servicio. Los siete ciclistas correremos para él. Estaremos a su servicio. Ya estamos en modo Tour.

¿Qué le transmitió Landa sobre el terreno?

—Él conoce bastante bien el Tour y el recorrido. Le gusta un Tour montañoso como este. En ese sentido creo que la concentración le sirvió para tener más confianza en el equipo y como fortalecimiento del factor psicológico, además siempre ayuda repasar el recorrido.

Si de por sí el Tour reúne siempre el mejor cartel, en una temporada tan excepcional, la acumulación de estrellas es aún mayor.

—En el ciclismo de hoy en día todo se concentra en el Tour y más si cabe este año tan raro, donde la prioridad es salvar el Tour. Hay que hilar muy fino con la preparación para llegar a punto al Tour y no fallar. En esta ocasión, todos los huevos están puestos en la misma cesta. Salvo la apuesta del Trek con Nibali para el Giro, el resto de grandes líderes estará en el Tour.

Los Alpes y la crono parecen el nudo gordiano de la carrera francesa, pero hay alguna etapa que le llama la atención.

—La sexta etapa es un tanto extraña y más difícil de interpretar, digamos que no responde al guion de lo que uno espera del Tour, no tanto por las pendientes que nos encontraremos, sino por las carreteras. Puede ser una etapa que genere dudas. Es una jornada en la que no puedes ir muy confiado. Finaliza en el Mont Aigoual. Hay una dura subida a La Lusette, pero desde allí hasta la meta se sigue ascendiendo y son muchos kilómetros, unos 30. Todo dependerá de la actitud que tomen los favoritos; si están dispuestos a asegurar o prefieren arriesgar.

"Tenemos un bloque pensado en exclusiva para Mikel Landa y eso creo que nos puede dar una ventaja sobre el resto"

"Hay que tener todo planificado lo mejor posible si no queremos fallar en el Tour, que es donde se concentra toda la temporada"

"En el ciclismo de hoy en día todo se concentra en el Tour y más este año tan raro. La prioridad es salvar el Tour"

"La sexta etapa es extraña, digamos que no responde al guion de lo que uno espera del Tour. Puede generar dudas"