a pelota no tuvo el regreso deseado en Eibar después de más de tres meses de parón, todo lo contrario. La combinación de la humedad provocada por el calor con los productos de desinfección empleados en el acondicionamiento de la instalación en los últimos días hizo que el Astelena se convirtiera en una pista de patinaje y los resbalones de los pelotaris se sucedieran hasta que se decidió decir basta. El primer partido logró jugarse a pesar de que las pequeñas gotas de agua ya crearon alguna que otra trampa a los pelotaris. Pero en el estelar, que enfrentó a Ezkurdia-Aranguren contra Altuna III-Imaz, la situación empeoró y el choque se suspendió con el marcador de 5-2. Apenas 20 minutos ensombrecidos por un suelo que no permitió a ninguno de los protagonistas mostrar su juego a los cerca de 300 espectadores que acudieron al recinto eibartarra. Las empresas decidieron decretar el partido inaugural del Masters CaixaBank como no celebrado, por lo tanto se jugará en su totalidad en una fecha y lugar todavía por confirmar. Además, devolverán el dinero de las entradas.

Un saque de Iker Salaberria firmó la vuelta de la pelota. El primer pelotazo después del confinamiento. Los pelotaris otra vez en la cancha y aplaudidos por los espectadores que acudieron al Astelena. Pero el delantero de Goizueta pronto comenzó a sufrir unos problemas que no estaban en ninguno de los guiones esperados por las empresas. Los resbalones no le permitieron defenderse en los cuadros alegres y Jon Ander Peña sumó varios tantos más sencillos de lo esperado. Algo no era normal en la cancha y la situación no parecía mejorar. En el estelar esos problemas se agravaron. Tras unos primeros tantos peloteados en los que se puedo volver a ver uno de esos característicos tantos de Jokin Altuna, Ander Imaz se fue al suelo por primera vez. En la siguiente jugada el oiartzuarra también resbaló y marchó a vestuarios enfadado. Los organizadores trataron de solucionar el problema con las mopas, pero cuando el partido se reanudo volvió a repetirse la misma secuencia. Otra vez Imaz al suelo. Jugar era imposible. Finalmente, las empresas optaron por suspender el choque.

"El frontón no estaba en las mejores condiciones para jugar por la humedad, sobre todo en la parte de atrás. Tanto Aranguren como yo no nos teníamos mucho en pie y la vuelta no ha sido la esperada", reconoció Imaz. Los pelotaris llevaban mucho tiempo esperando este día y este regreso supuso un duro varapalo para los protagonistas de ayer. "Nos hemos quedado con malas sensaciones. Estábamos todos con muchas ganas de jugar este partido, de empezar otra vez con la rutina de los partidos y nos quedamos muy mal. Cuando hemos entrado ya se veía que no se iba a poder jugar y las sensaciones eran malas. Creo que es lo más lógico suspender el partido y trataremos de jugar otro día", declaró Ezkurdia.

Fue el peor inicio para una nueva era en la pelota. La época de las mascarillas, de los geles hidroalcohólicos y la distancia de seguridad. Todos los asistentes al Astelena, desde los espectadores a los deportistas, tuvieron que cumplir un protocolo estricto para poder entrar en el recinto. Varios asientos estuvieron precintados para asegurar la distancia entre el público y todas las personas tuvieron que ver el partido con la mascarilla puesta, la única excepción fue a la hora de acudir al recinto de hostelería del frontón. Ahí los espectadores pudieron quitarse la mascarilla para hidratarse.

Cumplir el protocolo no fue solo cosa del público, los corredores también tuvieron que adaptarse a esta situación y cantaron las apuestas sin poder quitarse las mascarillas. Además, desaparecieron las habituales bolas que vuelan por las gradas y sirven para registrar las apuestas. Tuvieron que ser los propios corredores los que se movieron por las gradas entregando los justificantes correspondientes de cada apuesta. Mientras, los pelotaris también convivieron con la mascarilla y solo se la quitaron para realizar las actividades del calentamiento y el propio partido. Medidas estrictas y cumplidas con éxito en un festival que terminó antes de lo esperado debido a la humedad.

La humedad, combinada con los productos utilizados para la desinfección, dejó la cancha del Astelena impracticable

Los espectadores que acudieron al frontón eibartarra tuvieron que ver el festival con la mascarilla puesta en todo momento