SAN PABLO BURGOS Fitipaldo (11), Vega (3), Mcfadden (18), Rivero (13), Lima (4) -quinteto inicial-, Salvó (3), Benite (8), Bassas (12), Aguilar (8) y Apic (7).

REAL MADRID Campazzo (13), Causeur (2), Deck (6), Randolph (8), Tavares (12) -quinteto inicial-, Laprovittola (-), Carroll (9), Taylor (2), Rudy Fernández (8), Garuba (2), Llull (13) y Mickey (8).

Parciales 22-23; 22-18; 24-21; 19-21.

Árbitros Calatrava, Cortés y Serrano.

Pabellón Fuente de San Luis.

- El San Pablo Burgos derrotó ayer al Real Madrid por primera vez en su historia (87-83) gracias a una excelente trabajo colectivo que anuló al vigente campeón de la Liga ACB y que mete en un buen lío a los pupilos dirigidos por Pablo Laso, obligados a jugar sin fallo si no quieren faltar a las semifinales de la Liga Endesa.

El conjunto burgalés hizo un partido de bandera desde el salto inicial. La dirección de Joan Peñarroya fue crucial para que sus jugadores tomasen la delantera en el marcador poco antes del descanso y no la soltaran nunca. La enorme defensa, las 14 pérdidas del Madrid, y el acierto de Thad McFadden y Jasiel Rivero tiró por tierra cualquier intento de reacción merengue.

Los de Laso, sin embargo, no encontraron problemas al comienzo, aunque evidenciaron una alarmante falta de fluidez que sí desprendieron en su debut. Tavares tapó los errores y Rudy equilibró el marcador (22-23) con varias acciones de mérito (tapón + triple), pero los burgaleses no se fueron nunca del partido. Un parcial de 13-5 devolvió la ventaja al San Pablo, venido a más con el paso de los minutos y que jugó con el descaro propio de quien no tiene nada que perder.

La sorpresa fue mayúscula cuando los discípulos de Peñarroya alcanzaron los diez puntos de renta con un canastón de Rivero bien entrado el tercer cuarto (65-55). La conexión entre La Habana y Michigan con la velocidad de McFadden anuló la defensa del Real Madrid, que siguió bastante perdido debido a su mal porcentaje desde la línea de 6,75. Algunos ramalazos de Llull y Campazzo, pero el San Pablo mucho encaró mejor el tramo final del envite.

Y eso que el Madrid llegó a ponerse por delante (72-74) en lo que parecía la culminación de una remontada pobre, pero al fin y al cabo una remontada que no complicara su futuro. Pero no fue así. El Burgos, serio como en su estreno, apoyó su juego interior en un enorme Pablo Aguilar, que fue fundamental ante el equipo que se formó, y retomó la iniciativa en el marcador en la recta final.

Fitipaldo, Bassas -otro que estuvo a un gran nivel- y Rivero pusieron dos arriba al cuadro castellanoleonés, que supo gestionar con fe, pero sobre todo con mucho talento, los dos últimos minutos de un partido que definitivamente pasará a la historia para el Burgos. A 98 segundos para la conclusión, el 81-81 elevó la tensión. El Real Madrid no encontró el camino del aro y el San Pablo aguantó los nervios con una gran Vitor Benite hasta romper el maleficio y los pronósticos del grupo B con una merecida victoria por 87-83. El técnico vitoriano, que dejó en la grada al elegante Trey Thompkins y Felipe Reyes, no encontró el quinteto adecuado, más allá de la aportación de Tavares en el primer cuarto y Carroll en el segundo. La primera gran sorpresa del torneo que hipoteca a los de Laso de cara a su próximo reto ante el Valencia, previsto este lunes en la Fuente de San Luis.