- Igual que ha ocurrido en el fútbol, Alemania servirá como ejemplo a seguir en el baloncesto profesional. Después de recibir los permisos pertinentes del gobierno de Angela Merkel y del de Baviera, la Basketball Bundesliga programó un torneo de tres semanas que comenzará mañana en el Audi Dome de Múnich. El formato es similar al escogido por la ACB, aunque en este caso solo competirán diez equipos, divididos en dos grupos, y se disputarán cuartos de final, semifinal y final a dos partidos.

Serán 36 duelos en total, a dos por jornada, y diez para los equipos que peleen el título el 28 de junio. En el grupo A están Bayern Múnich, Crailsheim, Oldenburg, Gottingen y Ulm, que dirige Jaka Lakovic, ex técnico del Bilbao Basket; y en el B, Ludwigsburg, Alba Berlín, Rasta Vechta, Brose Bamberg y Frankfurt Skyliners.

La Bundesliga ha permitido dos fichajes a cada club respecto a las plantillas que tenían cuando se detuvo la campaña. "No va a ser un campeón con asterisco, lo será con todos los honores", ha asegurado Stefan Holz, director ejecutivo de la Bundesliga, que también ha destacado la importancia de este torneo final: "Habría sido un error acabar prematuramente. La BBL es mucho más que los equipos profesionales y espero que el desarrollo que ha tenido la competición no se venga abajo por lo ocurrido estos meses".

La Bundesliga ha marcado unos protocolos algo diferentes a los que ha diseñado la ACB ya que las 260 personas involucradas en el torneo estarán todas alojadas en el mismo hotel durante las tres semanas y con espacios de esparcimiento para los jugadores, que solo podrán dejar el alojamiento para pasear o trotar como máximo en grupos de tres.

Pasarán pruebas analíticas con una periodicidad de al menos una semana y cualquier positivo será aislado sin que el resto del equipo tenga que pasar una cuarentena. La Bundesliga creará dos grupos de trabajo, el activo, que incluye a jugadores, entrenadores, auxiliares y árbitros, y el pasivo, con personal de la organización, que en ningún caso podrán tener contacto físico.

Lógicamente, no habrá espectadores en el Audi Dome, ni personas encargadas de secar el sudor del parqué, algo que deberán hacer miembros de los equipos. Los jugadores se ducharán en el hotel y, además, hay otra medida curiosa: si el balón sale de un área de dos metros alrededor del campo, deberá ser desinfectado antes de usarse de nuevo. El baloncesto mirará, por tanto, a Múnich en busca de pautas para el futuro. Stefan Holz quiere "tener controlados todos los detalles que pueden arruinar los planes" y cree que este torneo "con un encanto distinto" puede ser una prueba ya que teme que "el próximo curso empezará sin público. Pero no puede ser un plan a largo plazo. Los clubes necesitan a los espectadores".