e acabó y ya está". Con esa lacónica frase, Patxi Ruiz (Lizarra, 1980) anunció que se retiraba de la pelota profesional en febrero de 2013. Los problemas en la espalda -después de ser operado de una doble hernia discal sufrió una fibrosis que provocó que pasara de nuevo por quirófano- no permitieron al elegante zaguero navarro continuar con su experiencia profesional con apenas 32 años, una edad perfecta para el pelotari. Esa misma campaña, que no terminó, se cumplió una década de su victoria en el Manomanista, la competición más importante de la Liga de Empresas. Mucho ha cambiado desde entonces, ya que el guardaespaldas de Lizarra, dotadísimo, tiene el honor de haber sido el último zaguero en coronarse en la especialidad. 17 temporadas después, el panorama para acceder al Olimpo manista ha quedado prácticamente acotado a los delanteros. El cambio del juego y el material, sin duda, colaboró con ello.

Una vez que se retiró, Patxi Ruiz anunció que estaba cursando estudios de quiropráctico y fisioterapia, pero actualmente trabaja en la papelera de Amezketa. El navarro reside en Berrobi con su familia -su mujer y sus dos hijos, un niño, Anje, de 7 años, y una niña, Arhane, de 5- y en su empresa se dedican a elaborar el material que posteriormente se utiliza para confeccionar batas especiales para los sanitarios que actúan en las salas de operaciones, por lo que su labor ha tenido gran importancia durante toda la pandemia del coronavirus. De este modo, las dudas laborales que podían surgir por la inestabilidad de una coyuntura económica complicada quedaron totalmente aplacadas. De un plumazo. "Al principio de todo esto había incertidumbre, por si nos tocaba a nosotros parar también. Pero trabajamos con normalidad, guardando las distancias de seguridad y con guantes y mascarillas el que quiere. Todo va muy bien", desbroza el expelotari de Lizarra. El navarro explica que en Amezketa se dedican a elaborar las bobinas que posteriormente se transforman en otros centros de trabajo: "Nosotros lo que hacemos en la empresa es el rollo de papel. Suele salir uno de unos 2.000 metros, de un papel especial, que se envía a Asturias y allí se convierte en batas para los quirófanos". La crisis sanitaria, asimismo, estimuló la exportación y están gestionando bastantes pedidos que van dirigidos a países de fuera de Europa. "Ahora estamos haciendo un montón para México, Libia, Turquía y creo que para Estados Unidos también", admite el exzaguero. Además, la empresa trabaja con otros géneros. "Tenemos otras dos máquinas que hacen toallitas desechables. Tenemos la patente en este tipo de papel y los pedidos se nos han triplicado", relata Patxi Ruiz.

Entretanto, en pleno inicio de la desescalada del estado de alarma decretado por el Gobierno español a mediados de marzo, con prácticamente dos meses de confinamiento por el camino, es cuestión capital la situación financiera con la que se encontrará la sociedad al regresar a una vida medianamente normalizada. Euskadi está instalada en la fase cero y la estimulación financiera irá llegando poco a poco, escalón a escalón. A juicio de Ruiz, "da miedo". "Hablo con muchos amigos autónomos, mi hermana también lo es, y están acojonados, hablando claro. Es una incertidumbre terrible. Esto va a suponer un antes y un después, va a dar un giro en nuestra forma de vivir", analiza el zaguero de Lizarra. De hecho, entre sus reflexiones se encuentra la opción de cambiar de estilo de vida y la necesidad de dar una vuelta de tuerca a la forma de encarar los retos del futuro: "Esto debería cambiar nuestra percepción del mundo. Darnos cuenta de cómo se vive y a qué velocidad. Todo es gastar, consumir, ir a un sitio o a otro. Alguien nos ha dado un toque, no sé quién, pero habrá que apretarse mucho los cinturones y cambiar de vida".