- Del ironman casero que acomete en Girona el triatleta alemán Jan Frodeno a la escalada de salón, pasando por un DeCasaThlon para triatletas que también se ha celebrado: las personas adictas al deporte son capaces de concebir las mayores locuras con tal de hacer más digerible el confinamiento.

Son propuestas audaces engendradas no sólo por la imaginación calenturienta de los deportistas desesperados, sino también por instituciones tan respetables como la Federación Española de Atletismo, que también ha lanzado ese decatlón casero con el marbete DeCasaThlon.

En el ejército de friquis confinados militan, por un lado, deportistas profesionales que tienen, por contrato, la obligación de mantenerse en forma con miras a una futura liberación; por otro, los aficionados. Desde el más fiel popular, cumplidor escrupuloso de sus planes semanales, hasta el neófito que, obligado por el encierro, descubre ahora las excelencias del deporte-salud. Estos son algunos de los ejemplos.

triatlón: Un ironman de bolsillo

El alemán Jan Frodeno, campeón olímpico de triatlón en Pekín 2008 y tres veces oro mundial en la modalidad más extrema, el ironman, llevaba a cabo, con fines benéficos, esta modalidad extrema del triatlón en su casa de Girona.

Frodeno, de 38 años, recaudó más de 200.000 euros, a beneficio de la Fundación Laureus Sport for Good, tras 8h.33:41 de esfuerzo: 3,8 kilómetros en su piscina, 180 kilómetros en un rodillo para bicicletas y corrido 42,2 kilómetros en una cinta mecánica. En algunas de las pruebas, fue acompañado, a través de la plataforma Zwift, por Boris Becker, Fabian Cancellara, Mike Horn y Chris Hoy.

escalada: Colgada de la mesa del salón

Los amantes de la escalada confinados lo tienen más difícil para matar el gusanillo en las estrecheces de su domicilio, pero no hay obstáculo que se resista a una voluntad firme.

Las redes sociales han divulgado imágenes insólitas de escaladores frustrados. Algunos aparecen colgados de la mesa del salón realizando extrañas contorsiones que reproducen los movimientos de la escalada. Otros utilizan la estrecha escalera que conduce al sótano para trepar por las paredes con una pierna en cada muro.

La estadounidense Brooke Raboutou publicó un vídeo en el que aparece escalando por los muebles de su cocina hasta llegar a la nevera. "El Tour de la cocina. No se preocupen, después de hacerlo lavé la encimera tres veces", advertía.

atletismo: Un minidecatlón en una hora

Las diez disciplinas de la combinada atlética -100 metros, longitud, peso, altura, 400, 110 vallas, disco, pértiga, jabalina y 1.500-, que en una competición oficial duran dos días, aquí en sólo una hora. El Decasathlon fue la propuesta de la Federación Española de Atletismo para hacer más llevadero el Sábado Santo. Los artefactos para los lanzamientos tenían que ser fabricados por los deportistas utilizando lo que tenían más a mano en casa.

Como los jueces no podían desplazarse, se requería la más estricta honradez de los participantes, que debían comunicar sus resultados por internet para que fueran evaluados.

ejercicio: Reto de abdominales

Cristiano Ronaldo publicó un vídeo en el que hacía 142 abdominales en 45 segundos y lanzaba un reto: "¿Puedes batir mi récord?", en el marco del desafío The livingroom Cup promovido por Nike para estimular la realización de ejercicio físico durante la cuarentena.

La respuesta le llegó, inesperadamente, desde Sudáfrica, donde la atleta Caster Semenya grabó un ejercicio en el que llegaba hasta los 176 abdominales en los mismos 45 segundos que Cristiano. "Él lo hizo lo mejor que pudo", bromeó la doble campeona olímpica de 800 metros.

atletismo: Un maratón en la terraza

Las cintas deslizantes para correr se agotaron en cuando entró en vigor el confinamiento cuasi mundial. Quienes no tienen una en casa no tienen más remedio que usar los tramos más largos de sus domicilios para ejercitarse en la carrera.

Correr un maratón, en el pasillo o en la terraza, puede acarrear lesiones como tendinitis, fascitis plantar, roturas de menisco o de fibras musculares, pero los impenitentes no se arredran. Luis Muñoz, un español de 19 años que vive en Nueva York, eligió para estrenarse en el maratón la terraza de su casa, de seis metros. Lo acabó, según cuenta en Twitter, en poco más de cuatro horas y media.

atletismo: Pértiga en el jardín

El atleta francés Renaud Lavillenie, desposeído del récord mundial de pértiga por el joven sueco Armand Duplantis, sintió nostalgia de su antigua condición y se propuso recuperarla... en la modalidad de salto casero, en su domicilio de Pérignat-lès-Sarliève, en la Auvernia francesa.

El antiguo plusmarquista mundial (6,16), que tiene en el patio de su casa un saltadero de pértiga completo, con su colchoneta reglamentaria, se elevó, con sólo diez pasos de carrera, por encima de los 5,61 metros, una marca accesible para cientos de atletas en el mundo en los estadios pero carísima en tales condiciones.

No pudo, sin embargo, con su propio récord mundial casero que, según aseguró, le pertenece con 5,85.

Su amigo Duplantis, que aprendió a saltar pértiga de niño en el artilugio que le instaló en casa su padre, el estadounidense Greg Duplantis, también tiene saltadero sénior en su actual residencia y, lo mismo que Lavillenie, publicó recientemente un vídeo practicando en el jardín, aunque no precisó la altura que superaba.

ciclismo: Expulsión por pedalear demasiado fuerte

Thomas De Gendt, ciclista profesional belga conocido por su adicción a las fugas en carrera, recibió una insólita expulsión cuando entrenaba sobre la bici estática en la plataforma Zwift. La semana pasada, la computadora mostró tarjeta roja al barbudo rodador por superar la barrera de los 550 vatios cuando su avatar (la figura que lo representa en la carrera virtual) pedaleaba lentamente.

El ciclista recibió en su pantalla un mensaje: "O no te has registrado como profesional o algo no funciona bien en tu máquina". De Gendt dio cuenta de su expulsión en las redes sociales: "He sido expulsado de una carrera por mi potencia sobrehumana".

tenis: Saques contra una sábana

Los tenistas sin una pista en el jardín padecen todos los inconvenientes del confinamiento y están obligados, como cualquier otro deportista, a exprimir su caletre en busca de soluciones. El español Pablo Andújar ha encontrado una muy simple para entrenar el saque.

El valenciano lo ha publicado en las redes sociales. En un extremo de su terraza colgó una sábana en un tendedero de ropa y, desde el otro lado, se dedicó a estrellar bolas contra el lienzo desplegado.

A la escena no le faltó el toque humano. Andújar, 53º en la lista mundial, recibió la ayuda de uno de sus pequeños, que ejerció de recogepelotas con un carrito de juguete.