- Los cerca de dos metros de Nerea Hermosa han causado estragos en su primer año en la NCAA estadounidense. Era novata, pero ello no le ha impedido disputar más de 20 minutos de media con su equipo de Georgia Tech que acabó en séptima posición dentro de su conferencia tras el prematuro final de la competición debido a la crisis sanitaria. Todo un logro para una joven a la que el coronavirus privará de disputar este verano el Europeo sub-20 y conquistar así una nueva medalla con España tras el espectacular bronce en Tailandia en el pasado Mundial sub-19. Recién cumplidos los 19 años, esta futura ingeniera industrial ha finalizado la temporada con unos notables promedios de 6,1 puntos y 4,5 rebotes dejando claro que atesora un envidiable porvenir. Su disciplina y su cabeza tan bien amueblada constituyen otros puntos a su favor para triunfar en una especialidad como el baloncesto femenino que vive momentos de máxima incertidumbre debido a la pandemia.

La primera pregunta es obligada. ¿Cómo lleva el confinamiento?

-Bastante bien. Debo realizar bastantes trabajos de universidad, así que los días se me pasan rápidos. Como tengo tantas cosas en la cabeza, lo llevo bastante bien. También hacemos juegos de mesa y vemos películas en casa, así que no lo llevo del todo mal. También estoy siguiendo el plan físico que me han pasado. Dentro de lo que puedo hacer, me encuentro activa.

Después de estallar la crisis del coronavirus, ¿cómo se fraguó su vuelta a casa?

-Justo me pilló todo en la semana que estábamos preparando los campeonatos nacionales. Me desperté un viernes por la mañana y comprobé que me habían escrito la entrenadora de la selección española y mi representante avisándome de todo. Tras hablar con mis padres y compañeras de Estados Unidos, supe que las cosas se iban a poner muy mal y en dos horas hice las maletas para venirme a España en un vuelo directo desde Atlanta hasta Madrid.

Ahora estudia on-line y trabaja a nivel físico. ¿Las jornadas resultan más duros de esta forma?

-Como estoy en Vitoria no se pueden obrar milagros; sentadillas y lo típico. En Bernedo sí podría hacer algo más porque tengo un jardín pequeño, pero estamos aquí.

Una pena haber acabado así una temporada inolvidable, ¿verdad?

-Sí, claro. El objetivo que nos habíamos marcado en el equipo era llegar a los campeonatos nacionales, habíamos trabajado muchísimo y estaba seguro de que lo íbamos a lograr. Hacía mucho tiempo que mi universidad no competía a este nivel, siempre se quedaban a las puertas y ahora podíamos saldar la deuda. Entonces la decepción ha sido grande.

¿Cambia el virus sus planes de futuro para los próximos meses?

-A nivel de selección, sí. Este verano tenía el Europeo sub-20 con la selección española y ya nos han dicho que se ha cancelado. Ahora tendré que quedarme en Vitoria siguiendo el plan físico y preparándome para el segundo año en Estados Unidos.

¿Qué valora más de este primer año en Atlanta?

-Recientemente ha sido el draft de la WNBA y varias jugadoras de mi liga han sido elegidas, así que he participado en una liga muy exigente y de gran nivel. He mejorado muchísimo, he visto el nivel que hay tanto en Estados Unidos como el resto del mundo porque hay bastantes internacionales. También he progresado mucho a nivel físico y académicamente estoy satisfecha porque mi universidad es una de las mejores del mundo. Me han puesto todas las facilidades para compaginar las dos cosas y no hay ninguna queja.

Usted era novata, pero ha disputado una gran cantidad de minutos. ¿Sorprendida o simplemente todo es fruto del trabajo?

-Está claro que yo me lo he trabajado, pero la entrenadora depositó una gran confianza en mí. Pensaba que no iba a jugar tanto porque tenía por delante a una pívot senior en la misma posición, aunque en los partidos demostré que podía rendir a un buen nivel y jugar muchos minutos.

¿Es difícil compatibilizar los estudios y el baloncesto? ¿Tenía el día más de 24 horas?

-La verdad es que no disponía de excesivo tiempo para mí misma. Los horarios estaban muy bien organizados y eso me facilitaba el trabajo. Tenía unas horas de estudio obligatorias cada día y no tenía problemas para simultanear ambas cosas.

Con sus cerca de dos metros, ¿ha dominado la 'pintura' ante pívots de similar tamaño o ha sido una tarea imposible?

-Me he enfrentado a postes como yo o más grandes y más fuertes. Acaban de escoger a dos interiores de mi liga para la WNBA y eso deja entrever la fuerte competencia que existía. Cuando más disfruto jugando es cuando me mido a grandes jugadoras. Me desafío a mí misma y esto me sirve para seguir mejorando. La principal premisa es no tenerle miedo a nadie en la cancha.

¿Ha ganado más músculo dado el fervor en Estados Unidos por el trabajo de gimnasio?

-La verdad es que la gente piensa que cuando te vas a Estados Unidos vas a engordar, pero eso no ha sucedido en mi caso. He adelgazado y he ganado músculo. Físicamente es cuando mejor he estado en toda mi vida y por eso me da muchísima rabia que haya pasado esta crisis del coronavirus. Ya estaba muy acostumbrada a trabajar en el gimnasio tras mi etapa de Barcelona en el Centro de Alto Rendimiento, la única diferencia son los kilos de músculo que he ganado y el peso perdido.

Las europeas son miradas a menudo con cierto recelo en USA. El trato de las compañeras ha sido...

-Fenomenal. Encima éramos cinco europeas en el equipo y cuatro solíamos salir en el cinco titular, así que en ese sentido ninguna pega.

¿Qué le queda por mejorar? ¿Quizá el tiro libre con ese 60%?

-Sí, puede ser algo en lo que me deba centrar mucho más. Siempre se me ha dado bien, pero esta temporada es algo en lo que no he estado muy acertada. Sí he progresado en el lanzamiento de tres-cuatro metros. Otro aspecto que no aparece en la estadística y debo mejorar es la movilidad en defensa cuando toca cambiar con las jugadoras pequeñas.

Fuera del baloncesto, ¿qué le ha llamado la atención?

-Me ha impresionado, por ejemplo, el tema de los vuelos privados. A veces, tienes la sensación de que no te crees el sueño que estás viviendo realmente en Estados Unidos. Todo ha ido fenomenal.

¿Cómo puede repercutir la crisis del coronavirus en el baloncesto femenino?

-Espero que no lo deje más herido de lo que ya estaba. En mi liga de la NCAA no había tanta discriminación entre chicas y chicos, puede que a la hora de retransmitir los partidos sí. No tengo ni idea de lo que sucederá en el futuro. Soy muy joven, me gusta vivir el momento y centrarme en los desafíos que tengo a corto plazo, así que no pienso en lo que vendrá en el futuro.

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Pese a su condición de 'freshman', la pívot vitoriana ha promediado 6,1 puntos y 4,5 rebotes con el equipo de su universidad de Atlanta. Gracias a sus casi dos metros de altura, su intimidación y su facilidad para cambiar tiros también han quedado patentes.

"Pensaba que jugaría menos por tener delante a una pívot senior; los minutos tan solo han sido fruto de mi trabajo"

"La creencia cuando cruzas el charco es que vas a engordar, pero yo he adelgazado y he ganado masa muscular"

"No quiero pensar en lo que sucederá tras el coronavirus, ya que soy joven y me gusta vivir el momento"