- Aunque evidentemente es uno de sus buques insignias y por lo que le conoce un gran número de personas, el Zuzenak es mucho más que su equipo de baloncesto. Y desgraciadamente la afección provocada por el coronavirus se ha extendido también al resto de la institución. De esta manera la cancelación de la Euroliga 3 -privando al conjunto de Sergio Moreno de disfrutar de su estreno continental- no es ni mucho menos el único perjuicio que ha sufrido la entidad.

De esta manera, como consecuencia de las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias, ha tenido que interrumpir una de sus principales actividades, de enorme valor y utilidad para sus asociados. Hace casi ya treinta años, concretamente en 1991, el Zuzenak creó el programa Deporte para todos. Un proyecto que, tres décadas después, se ha transformado en el Programa de Actividad Física Adaptada, que se imparte en los más de 3.500 metros cuadrados -perfectamente adaptados- del CAFA Almudena Cid que la asociación tiene en su sede de la calle Gabriel Celaya.

Un servicio que en la actualidad llega a más de quinientas personas de diferentes edades con algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial y patologías crónicas y que tiene un objetivo muy claro. Que el ejercicio físico pautado por un profesional sea una parte importante en el tratamiento de las enfermedades o patologías crónicas para mejorar o como mínimo mantener el estado de salud de los participantes. Un beneficio del que, desgraciadamente, no pueden disfrutar desde hace ya varias semanas.

El motivo, evidentemente, no es otro que el cierre de prácticamente todas las instalaciones al que ha obligado el maldito covid-19. “Nos hemos visto forzados a cerrar todo y dejar de ofrecer este servicio aunque suponga un evidente perjucio para nuestros usuarios, que son personas que por sus diferentes discapacidades lo necesitan especialmente. Al menos hemos intentado ofrecerles unas pautas para que puedan conservar algunas rutinas en sus propios domicilios”, explica Julio Roca.

Unas medidas que, inevitablemente, han tenido otras consecuencias igualmente dolorosas. Porque la ausencia de actividades ha provocado que el Zuzenak haya tenido que incluir a sus trabajadores en un ERTE a la espera de que la situación general vaya volviendo paulatinamente a la normalidad. “Todos los cursos programados con el Ayuntamiento y otras instituciones se han suspendido también por lo que no nos van a llegar las subvenciones que estaban previstas por ellos y los monitores no pueden hacer su trabajo”, argumenta el directivo. Una situación complicada en todos los ámbitos en definitiva que ojalá pueda pasar a ser solo un recuerdo cuanto antes.

Servicio. Al margen de sus equipos de baloncesto en silla de ruedas y otras disciplinas, el Zuzenak cuenta con un Programa de Actividad Física Adaptada, que da servicio en los más de 3.500 metros cuadrados de su sede a personas con diferentes tipos de discapacidad física, psíquica o sensorial y patologías crónicas.

Cierre. La aparición del coronavirus ha obligado a paralizar esta actividad desde hace ya varias semanas, con lo que los más de quinientos usuarios que habitualmente lo utilizan se han quedado sin un soporte fundamental para su bienestar.

Consecuencias. Todo ello además ha provocado que, al cesar toda la actividad del Zuzenak, sus trabajadores hayan tenido que ser incluidos en un ERTE a la espera de que regrese la normalidad.