- En su larga conversación con este periódico, Ibon Navarro irradia un moderado optimismo respecto a las opciones de concluir una temporada suspendida abruptamente por la pandemia del coronavirus. “A medida que va pasando el tiempo, soy menos pesimista digamos. La suspensión de los Juegos Olímpicos abre una ventana a que la competición termine en julio. Esto favorece que podamos empezar más tarde de lo que se había previsto. Incluso entrando en la tercera semana de mayo, creo que podríamos reanudar el torneo. Va a ser una situación insólita porque hablamos de dos meses sin competir. Jamás los jugadores han estado tanto tiempo parados”, recalca el técnico vitoriano.

Todos los estamentos del baloncesto coinciden en que la campaña debería finalizar sí o sí para minimizar unos daños económicos de un calibre descomunal que amenazan con dejar herido de muerte el deporte de la canasta. “Es importante para todos, la liga, los clubes, los jugadores, los entrenadores y los árbitros, que la competición acabe. Estamos hablando no solo de un impacto deportivo sino sobre todo económico a nivel de esponsorizaciones, ticketing... Dando por hecho que seguramente tenga que ser a puerta cerrada, muchas cuestiones se verán dañadas. Al menos, lo ideal sería que a nivel de derechos de televisión se salve la temporada y los clubes subsistan”, añade un Ibon Navarro dispuesto a “sacrificar sus vacaciones y lo que haga falta” con tal de seguir dando rienda suelta a su fervor por el baloncesto.

Confinado en su casa del Principado la mayor parte del tiempo junto a su hijo pequeño, quien fuera primer técnico y ayudante del Baskonia desvela sin tapujos que “en este instante estoy saturado de parar”. Aunque reitera que “por encima del deporte, está la situación mundial sanitaria”, también aclara que “para muchos es nuestro trabajo, nuestra forma de vivir y lógicamente nos preocupa. Todos asumimos que si nos tenemos que quedar un año sin vacaciones lo haremos encantados porque será la forma de que el deporte subsista y se mantengan muchos puestos de trabajo no solo entre jugadores y técnicos, sino también ayudantes y trabajadores de los clubes”.

Si la emergencia sanitaria es controlada en las próximas semanas, Navarro sostiene que la ACB debería dar algo de margen a los equipos para tratar de ponerse a tono. “Lo importante es cuánto tiempo vamos a tener para poner en marcha la maquinaria. Diría que después de dos meses igual necesitaría hacer una pretemporada, pero no voy a disponer de esa posibilidad. Como máximo tendremos tres semanas y habrá que refrescar muchas cosas a nivel de contenidos, pero lo más importante será el estado físico de los jugadores. En el momento que la competición arranque, ya no habrá tiempo para entrenar y tan solo se jugará. Habrá hasta tres partidos a la semana y mi objetivo será conseguir que el equipo llegue en el mejor momento físico, no haya lesiones y vaya cogiendo ritmo para acabar de la mejor manera posible”, confiesa.

El gasteiztarra ha visto recompensada su excelente labor al frente del MoraBanc con la reciente renovación por dos temporadas más hasta junio de 2022. La histórica clasificación para la semifinal copera en Málaga y el sexto puesto liguero, por delante de potencias como Baskonia, Valencia y Unicaja, han servido para dar continuidad a los méritos del pasado curso cuando condujo al Andorra hacia las semifinales de la Eurocopa, torneo del que esta vez se ha visto apeado en el Top 16.

“Ahora mismo pensar en la buena temporada me parece superficial. Lo más importante es que esto pase, que volvamos todos a la vida cotidiana lo antes posible y que haya el menor número de fallecidos en el país. Estábamos haciendo un buen papel, eso también lo pensará el Bilbao Basket y otros clubes. Es lo que hay, no puedes hacer nada y solo prepararte para el escenario en el que puedas volver y luchar por algunas cosas. Si la liga se reanuda y no estamos preparados, lo lamentaremos”, concluye el preparador alavés.