l Gobierno español anunció el pasado 10 de marzo que todas las competiciones tanto profesionales como no profesionales se tenían que celebrar “a puerta cerrada” por el aumento de los contagios y el foco de peligro que podría suponer para los espectadores el deporte de alto rendimiento. Una vez tomada esa decisión, la Liga de Empresas de Pelota a Mano, integrada por Aspe y Baiko Pilota, se puso a maquinar junto con el operador televisivo ETB con el objetivo de concretar la mejor manera de amoldar el nuevo escenario sanitario y social a la pelota a mano profesional. Los dos entes tardaron dos días en acordar la bajada de la persiana de la actividad hasta nueva orden. Es decir, hasta que las autoridades sanitarias den el visto bueno al reinicio de las citas deportivas.

En medio de la marejada mediática, el Campeonato de Parejas de Primera quedó varado en su segunda jornada de la liguilla de semifinales. Las cuatro combinaciones se enteraron de que se echaba el cierre después de haber tomado parte en sus respectivas liturgias con el material -Jaka-Zabaleta y Laso-Albisu se citaron en el Labrit de Iruñea, mientras que Olaizola II-Urrutikoetxea y Ezkurdia-Martija lo hicieron en el Astelena de Eibar-. “Fuimos a la elección con la intención de jugar el domingo”, revela Joseba Ezkurdia, uno de los implicados en el parón deportivo, quien suele realizar el trabajo físico con Peio Etxeberria -que está entrenando en su propia cuadra-, cuestión cortada inmediatamente por las férreas medidas adoptadas.

“Lo más importante es no desconectar y tratar de seguir entrenándonos como corresponde”, relata el delantero de Arbizu, quien es consciente de que “estábamos en un buen estado de juego, pero tenemos que seguir a lo nuestro”. Al fin y al cabo, el calendario preparatorio de cada manista queda “trastocado”. Por ejemplo, los de Aspe lograron el billete directo para las semifinales del Parejas el 14 de febrero en Urduliz, con lo que alcanzaron el primer objetivo con tres semanas de antelación, que utilizaron para acondicionar la siguiente fase. “Invertimos ese tiempo en preparar la fase de semifinales. Nos toca volver a parar y recomponer la preparación para cuando nos toque volver a jugar”, considera Joseba, quien abrigaba la idea de “meter carga” para después volver a “descargar” en el tiempo de barbecho. El confinamiento, no obstante, le cambia el pie.

Su compañero, Julen Martija, estaba preparado para “jugar”. “Podría ser malo el parón para nosotros. Estábamos en buen momento”, analiza el zaguero de Etxeberri, quien agrega que “hemos descansado una semana, que nos sirvió para recuperar fuerzas. Volver a hacerlo quizás no nos vendría tan bien”. Eso sí, tiene claro que les toca hacer “cambios”. Realizaba trabajo físico con “otras cuatro personas”; ahora, le queda hacer trabajo personal en casa a la espera de buenas nuevas, aunque los quince días de confinamiento global sean más.

Mikel Urrutikoetxea no fue de la partida en la primera jornada de semifinales del Campeonato de Parejas. Arrastraba problemas en la mano izquierda. Además, durante el resto del torneo tuvo que suspender otros tres encuentros por molestias en sus herramientas. “La mano ya estaba mejor y lo que uno quiere es jugar, pero hay que solucionar primero el problema sanitario, que es a nivel mundial”, define el todoterreno de Zaratamo, quien se encuentra realizando trabajo físico en su hogar, al disponer de espacio para ello. “Seguiremos entrenando en la medida de lo posible”, sostiene. “Lo primero es la salud y luego ya habrá tiempo de pelota”, aclara el vizcaíno, que no pone plazos al parón del Parejas: “Jugaremos cuando nos toque. No hay problema para mí y no creo que afecte a nuestro juego”.

En el caso de Aimar Olaizola, el goizuetarra vive un caso similar al de los componentes de Aspe. Completó su mejor actuación del campeonato, en el que venía de menos a más, en el partido ante Laso-Albisu, junto a un bisoño Aitor Aranguren. Les dejaron en diez. Echa el freno. “En los últimos partidos me estaba encontrando bien. Estando con confianza, uno prefiere jugar, pero hay que hacer caso a las alertas”, recita el veterano navarro, quien tiene claro que lo vital es que “no haya peligro”. “Al ser un tema de salud, no hay que tomar riesgos”, cuenta Olaizola II, que declara que “el protocolo de Baiko al principio era que no fuéramos a hacer físico cuatro o cinco pelotaris a la vez, ya que a veces en Beasain nos cruzábamos diez o doce”. La película ha cambiado a la soledad del hogar. “Es un tema que nos afecta a todo el mundo. Es una cosa seria. Si hay que parar dos semanas o un mes, habrá que hacerlo. No hay que darle más vueltas”, argumenta Aimar, quien finaliza que “llevábamos semanas jugando partidos importantes. Ahora viene la parte más importante del campeonato y nos ha tocado parar. Hay que cambiar el chip y de dinámica”.

“Seguiremos entrenando en la medida de lo posible; lo primero es la salud y luego ya habrá tiempo de pelota”, dice Urrutikoetxea

“Uno prefiere jugar, pero hay que hacer caso a las alertas”, dice Olaizola II, que considera primordial “que no haya peligro”