- En medio del drama humano y los escombros que está provocando la crisis del coronavirus COVID-19, cuyo brutal impacto aún se desconoce en todo su alcance, la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha adoptado una serie de medidas para completar, en lo posible, el calendario ciclista, zarandeando de punta a punta a causa de la pandemia global. Arrasadas todas las pruebas hasta finales de abril, arrancadas del almanaque, el ente que gestiona el ciclismo y los agentes que lo componen, pretenden activar un plan para relanzar el ciclismo entre mayo y noviembre. Esa es la idea que lanzó ayer la UCI y que cuenta con el apoyo de equipos y corredores, que ven como se escurre la campaña. El acuerdo se adoptó por “por unanimidad” junto a la AIOCC (organizadores), la AIGCP (equipos) y la CPA (corredores). Todos a una para rescatar al ciclismo del naufragio.

Para hacer frente a la nueva realidad, la UCI y el resto de agentes del ciclismo entienden que se han de priorizar el encaje de las grandes vueltas por etapas, Giro, Tour y Vuelta, así como las clásicas que componen los llamados cinco Monumentos: Milán-San Remo, Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía. Cuando se reanude la competición, el objetivo que persigue la UCI es “garantizar la visibilidad de nuestro deporte y la mejor exposición posible para las carreras más vistas”.

Hasta el momento, cuatro de las cinco grandes clásicas y el Giro de Italia han sido suspendidos, por lo que el órgano rector del ciclismo entiende que han de recolocarse en lo que resta de calendario. En sus previsiones, el pelotón podría volver a rodar en mayo y la campaña se extendería hasta el 1 de noviembre, tanto en categoría masculina como femenina. Se especula que el Giro de Italia, la primera de las grandes en caer, podría quedarse en dos semanas, pero todavía es pronto para saber qué ocurrirá en el futuro ante una pandemia que continúa extendiéndose al galope.