- La París-Niza, la única prueba que parece ajena al cúmulo de aplazamientos y cancelaciones que se están dando en el deporte por culpa del coronavirus, corre el riesgo de perder parte del pelotón, según ha podido saber DNA. Varios equipos que compiten en la carrera francesa, presionados por los corredores, preocupados por su salud, están pensando en abandonar la prueba antes de su conclusión. Aunque ASO, la organizadora de la París-Niza y del Tour de Francia, garantiza que la cita finalizará en Niza el domingo, son numerosos los ciclistas que no tienen clara esa hoja de ruta e instan a sus respectivos equipos a que dejen la prueba. Disputada la quinta etapa, que conquistó Bonifazio al esprint, no es seguro que en la jornada de hoy tomen la salida todas las escuadras que compiten. Hasta ahora, la carrera se estaba disputando a puerta cerrada. El público debe permanecer alejado de los ciclistas. Así, en las salidas deben guardar una distancia de 100 metros y de 300, en las metas. Incluso la ceremonia de podio se ha visto trastocada y nadie tiene contacto con los ciclistas que acceden a la tarima. Mientras en la París-Niza el debate se abre, el ciclismo español echa el freno a su actividad durante las próximas dos semanas. La Federación Española de Ciclismo anunció ayer la cancelación de las pruebas de los próximos quince días. Entre las citas canceladas se encuentra la Aiztondo Klasikoa de aficionados que debía disputarse el domingo en Asteasu. La Volta a Catalunya, prueba del WorldTour que debía celebrarse entre el día 23 y 29, anunció su aplazamiento.