berlin - El odio expreso de grupos de ultras alemanes contra el empresario Dietmar Hopp, de 79 años, confundador del consorcio informático SAP, uno de los hombres más ricos de Alemania (la revista Forbes estima su fortuna en 10.200 millones de euros) y mecenas del Hoffenheim, amenaza con generar una polarización en los estadios de la Bundesliga entre parte de la afición y los directivos de los clubes y de la federación.

El fin de semana fue una especie de anuncio de lo que puede pasar. Lo más espectacular ocurrió en Sinsheim, donde los jugadores del Hoffenheim y del Bayern hicieron una especie de huelga en los últimos 13 minutos como rechazo a los insultos contra Hopp provenientes de la curva del Bayern. Pero en otros estadios (Dortmund, Colonia y Berlín) también hubo incidentes, con pancartas insultantes contra Hopp e interrupciones.

El Hoffenheim actual puede considerarse un invento de Hopp, que ha destinado sumas millonarias para que un equipo de pueblo se convierta en un club de la élite alemana, que lleva de seguido en la primera categoría desde 2008. Y desde entonces los ultras del Dortmund convirtieron a Hopp en su blanco de ataque y símbolo de la comercialización del fútbol.

La regla 50+1 Sus detractores le acusan de ser uno de los responsables de la flexibilización de la llamada regla del 50+1, según la cual al menos el 51 por ciento de un club debe estar en manos de sus socios y los inversores externos no pueden tener más del 49 por ciento. A esa regla se contempla una excepción para inversores activos al menos 20 años o más. Esa excepción originalmente se llamó inicialmente de forma peyorativa lex Leverkusen en alusión a la relación del equipo de las aspirinas con el consorcio Bayer. La excepción también favorece al Wolfsburgo, propiedad de VW, y al Hoffenheim.

Sin duda, era más fácil arremeter contra una persona concreta que contra un consorcio y así lo hicieron los ultras del Dortmund. Una ironía en toda esta historia es el que el Dortmund, cuyos ultras se han convertido en adalides de la lucha contra la comercialización, es el único club alemán que cotiza en bolsa.

Entre los defensores de Hopp, uno de los más notables es el presidente del Consejo Directivo del Bayrn, Karlheinz Rummenigge. "En lugar de insultarlo deberían hacerle un monumento", dijo tras el incidente en Hoffenheim.