GASTEIZ - En 2009 Andre Agassi, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, se desnudó ante el mundo. Ese año publicó su autobiografía: Open. El norteamericano desenmascaró sus vergüenzas: reveló que odiaba el tenis y que jugó con peluca, afirmó que por ella perdió la final de Roland Garros en 1990: "En el calentamiento recé. No por la victoria, recé para que no se me cayera el cabello. Con cada salto pensaba que se caería. Imaginaba a millones de espectadores acercándose a sus televisores más y más, y preguntándose en decenas de dialectos y lenguajes, ¿cómo se le había caído el cabello a Andre Agassi?". Pero el libro también recogió la confesión de un positivo por metanfetamina. Detectado en 1997. El Kid de Las Vegas esquivó la suspensión de tres meses con la mentira. Testificó que fue debido a un error de su asistente. La Asociación de Tenis Profesional (ATP) tragó con su defensa.

Por aquel entonces, 1997, arrojado por su infelicidad, Agassi comenzó un declive, mientras, en trayectorias invertidas, un chileno escalaba hacia la cresta del ranking mundial de la ATP: Marcelo Ríos, inventor de golpes de autor, competencia para Agassi, pero que a la postre se revela resentido. El suramericano abandonó las pistas como el primer latinoamericano en alcanzar el número 1, en 1998, pero igualmente como el único tenista que ha ostentado semejante condición sin conquistar un solo Grand Slam. En su haber, está el sentir de lo que podía haber sido y no fue.

A sus 44 años, El Chino, que le apodaban al melenudo Ríos, ha abierto el cajón de los recuerdos, donde escondía el pasado y una metralleta. Dispara sin silenciador. "La ATP es la mierda más grande que existe". ¿Por qué? Porque a Agassi "lo atraparon cuatro veces y la ATP lo tapó porque era Agassi, y el tenis se iba a la mierda. Ellos sí que son una mierda".

El chileno, poseedor de diecinueve títulos de la ATP, ahonda en su crítica hacia la Asociación en relación a los controles antidopaje: "Te pasan una hoja que no se entiende ni raja lo que dice. La ATP se maneja mal en ese ámbito. Te pasan una lista donde hay millones de cosas que nunca viste en tu vida". Además, Ríos asegura que a lo largo de su trayectoria profesional apenas pasó controles. "Me hicieron doping unas tres veces en toda mi carrera", dice.

El Chino acusa a la ATP de perseguir a determinados tenistas, señalados por su nacionalidad. "La agarraron con los argentinos", afirma. "Después -añade- con la coca". A su entender, "se pusieron demasiado drásticos" con la detección de sustancias recreativas. Ríos asevera que tomó copas, pero "marihuana u otra droga fuerte no, por el doping y porque no me interesaba andar metido en huevás. No obstante, defiende a quien pita en los controles por drogas duras que no ofrecen mejoras en el rendimiento.

"Una cosa es la vida personal y otra es doparte para sacar ventaja. Lo que pasó con Korda es para sacar ventaja. Justo en un Grand Slam, que yo podría haber ganado. Ganó siete partidos, llegó a la final como un avión. Al mes, jugué con él y le gané", ahonda Ríos. El checo Petr Korda logró su único master en 1998, en Roland Garros, y seis meses más tarde, en Wimbledon, dio positivo por Nandrolona. Fue penado con la privación de los puntos obtenidos hasta los cuartos de final de Wimbledon, porque a esas alturas fue cazado, y el dinero obtenido hasta alcanzar dicha ronda. O sea, 199 puntos menos en la clasificación mundial y más 80.000 euros. Según Ríos, Korda ya jugó dopado en Australia. "Ahora uno se ríe, pero en sus récords quedó que ganó un Grand Slam", añade. Un Grand Slam. El suspiro de El Chino.

Por aquel entonces, un nombre desesperaba a la mayoría: Pete Sampras. Para él también hay salpicones que cuestionan su palmarés, que es, según Ríos, un capricho de la ATP. "Los masters siempre eran en indoor y en cancha rápida para que lo ganara Sampras". En definitiva, para El Chino, "la ATP es la mierda más grande".