PARÍS. Las gemelas francesas Charlotte y Julie Bonaventura, que dirigieron la final del Mundial femenino de balonmano entre España y Holanda del pasado domingo, defendieron su decisión de sacar tarjeta roja a la española Ainhoa Herández en el tramo final del partido y pitar penalti a favor de las neerlandesas.

"En el momento de tomar la decisión, no teníamos ninguna duda", dijeron las colegiadas en una entrevista publicada por la web de la Federación Francesa de Balonmano.

Julie agregó que tenía un mejor punto de vista para seguir la acción y se mostró convencida de que "cuando se produjo el bloqueo, el balón no había superado completamente el área".

Las árbitras agregaron que las reservas, que se encontraban en la banda, les dijeron que habían visto lo mismo.

La polémica acción demuestra, a juicio de las colegiadas, que "hay que tener suficiente frescura física y mental para analizar la situación y decidir de forma serena" porque "no se puede acudir al vídeo".

Las hermanas Bonaventura recordaron que el español Ramón Gallego, responsable de arbitraje de la Federación Internacional de Balonmano (IHF) explicó la regla justo después de la final.

Una regla que, dijeron, "no se había aplicado hasta la final en este Mundial".

"Esto crea polémica y demuestra que el arbitraje no es tan sencillo. Hay que conocer los detalles del reglamento", indicaron las árbitras.

La tarjeta roja a Hernández a siete segundos para el final vino seguida de un penalti a favor de Holanda que se encargó de transformar Lois Abbingh, lo que evitó la prórroga y dio el trofeo a las neerlandesas.