Duración: 73:48 minutos de juego.

Saques: 1 de Beaskoetxea.

Pelotazos: 404 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 16 de Beaskoetxea, 4 de López, 13 de Goikoetxea y 3 de Inza.

Errores: 2 de Beaskoetxea, 3 de Goikoetxea, 5 de López y 7 de Inza.

Marcador: 15-12 y 15-11.

Incidencias: Gran entrada en el Gernika Jai-Alai para presenciar la final del Open Urriko enmarcado en el Último lunes de octubre de Gernika.

GERNIKA - Cada palmo del inmenso y majestuoso Gernika Jai Alai, con ese acento tan suyo, el del profundo eco de la eterna cesta, lo conoce Diego Beaskoetxea sin necesidad de ningún guía. Beaskoetxea podría jugar a oscuras, siguiendo a su instinto. Diego tiene el frontón tatuado en su mente y en el corazón. Su juego de pies de danzarín y su destreza para dibujar remates con sutileza le da para alcanzar cada recoveco del frontón. Piernas rápidas y trazo limpio. A Beaskoetxea, excelso en el remate, le subió a hombros la potencia de Imanol López y su derecha, muy mejorada tras un verano doliente. El zumaiarra puso en órbita al gernikarra. El maridaje resultó perfecto para noquear a Inza, que se sostuvo como pudo ante el acoso de López, y a Goikoetxea, que no entró tanto en juego como le hubiera gustado. El protagonismo que López, abriendo huecos, concedió a Beaskoetxea fue la llave para resolver el duelo en dos sets peleados pulgada a pulgada (15-12 y 15-11).

En el primer acto, Goikoetxea mantuvo intactas las constantes vitales de la pareja. Inza se manejaba con decoro y el delantero de Zumaia cargaba en cuanto podía. Sabía que sus opciones de éxito circulaban por el carril rápido. Pelota viva y arrojo. Certero en el remate y bien posicionado, lo que padecía Inza en el sótano, lo resolvía Goikoetxea en la azotea. Bajo esos parámetros tomaron tres tantos de renta: 6-9. Pero el duelo se emparejo en el tramo final y el desenlace se construyó en la zaga. Dos acciones consecutivas en las que Inza no pudo sujetar a López decantaron el primer debate en favor de los colorados.

De ese pleito, Beaskoetxea y López sacaron la conclusión de que la pelota vivaracha era una invitación al sufrimiento por la velocidad que le imprimía Goikoetxea. La pelota lenta aceleró el triunfo de Beaskoetxea y López. En cuanto adoptaron el saque en el segundo set tras un dos paredes de Beaskoetxea, amasaron el duelo. Un pelota motela fue la fórmula. López la catapultaba con agrado, sometía a Inza y alejaba de la ecuación a Goikoetxea, que lo intentó desde todos los ángulos. Evitar al campeonísimo zumaiarra era el plan. Funcionó. Apurado Inza, dominado por López, que se cobró un tanto tremendo con una dejada, Beaskoetxea mostró el brillo del filo.