a la hora de elegir los alimentos que vamos a ingerir y que posteriormente nutrirán nuestros cuerpos, nunca debemos olvidar que tenemos un sinfín de posibilidades a nuestra disposición. El equilibrio de macro y micronutrientes que componen una dieta equilibrada o adecuada para un deportista lo podemos conseguir gracias a la combinación de miles de alimentos. Hoy en día la oferta que encontramos no hace más que crecer, y por tanto la selección de los productos que vamos a degustar cada día resulta más difícil y confusa.

Dentro de la categoría de nuevos productos denominados saludables podemos encontrar dos tipos muy diferenciados: las nuevas hortalizas, semillas y cereales provenientes de otros países; y los productos procesados de origen vegetal que intentan sustituir a los de origen animal.

De los segundos la verdad es que apenas quiero hablar, ya que suele ser un compendio de ingredientes y aditivos más o menos saludables con poco interés culinario y un interés nutricional más que dudoso. En este grupo entrarían todas esas hamburguesas vegetales, seitán, salchichas vegetales, sojas texturizadas y demás. Muchos de estos alimentos los he incluso fabricado de manera artesanal, y la verdad no se parecen mucho a los que nos ofrecen en las tiendas, y además no resultan excesivamente atractivos para nuestros paladares.

Nos centraremos en el primer grupo las nuevas hortalizas, semillas y cereales. De esta nueva oferta sí que reconozco que podemos sacar algunas preparaciones muy interesantes para la dieta. De hecho son opciones que siempre harán que sea más variada, divertida y menos monótona, algo que siempre remarco que es muy interesante. Pero hay ciertas cosas que tenemos que tener en cuenta cuando las consumimos.

No son productos milagrosos o superalimentos. Los alimentos, sean cuales sean, tienen propiedades interesantes para nuestro organismo y rendimiento, pero la realidad es que no existen alimentos que nos den superpoderes o que se comporten como medicamentos. En este grupo podríamos poner un montón de semillas, hierbas aromáticas y rizomas. Querría mencionar el jengibre (muy de moda) que sí que es verdad que tiene muchísimas propiedades, y a nivel culinario es interesante. Pero no podemos olvidar que nuestro jengibre particular es el ajo, que tiene tantas o más propiedades beneficiosas.

Tienen que estar ricos: si de un alimento que vamos a tomar, para que nos guste, tenemos que leer una y otra vez sus excelentísimas propiedades, yo os aconsejo que no lo consumáis. Debemos buscar otro producto u opción que nos llene tanto nuestras papilas gustativas como nuestras necesidades nutricionales. Que nos sirva de experiencia la frase que dicen los bicicleteros: “La vida es demasiado corta como para viajar sobre una mala bicicleta”. Pues lo mismo con los alimentos: debemos disfrutar de ellos en cada comida, porque la vida es demasiado corta como para atiborrarnos de semillas insípidas o de cereales que tras su cocción se transforman en materiales cementosos.

No podemos ni debemos abusar de productos que se producen a miles de kilómetros de nuestras casas. La contaminación que eso supone nos provocará en el corto plazo más perjuicios que beneficios. Un guiso de soja puede ser de lo más interesante, pero mi pregunta es ¿realmente lo es más que un buen puchero de alubia pinta alavesa? Vale, la soja tiene más proteínas, pues entonces a esa alubia le ponemos un poco de arroz, a poder ser del Delta del Ebro, y contaminamos la mitad y disfrutamos el doble.

No quiero decir que no tengamos que usar ninguno de estos nuevos productos, sino que lo hagamos con responsabilidad, y que no olvidemos a los productores y a los alimentos de nuestro alrededor, que además nos han hecho ganar carreras durante años. El que ahora, por ejemplo, el equipo Ineos coma todo el día semillas de chía y quinoa, no quiere decir que nosotros tengamos que copiarlos y olvidar en cierta manera quiénes somos y de dónde venimos.