ATLÉTICO MADRID Oblak; Trippier, Giménez (Hermoso, m. 15), Felipe, Lodi; Herrera, Thomas, Koke (Morata, m. 70); Saul; Correa y Diego Costa.
BAYER LEVERKUSEN Hradecky; Weiser, Tah, Sven Bender (Dragovic, m. 91), Lars Bender; Bellarabi, Baumgartlinger, Demirbay (Alario, m. 83), Amiri; Kai Haverz (Paulinho, m. 75); y Volland.
Gol 1-0, m. 77: Morata cabecea un centro desde la banda izquierda de Lodi.
Árbitro Dias (Portugal). Amonestó al local Koke (m. 54) y al visitante Bellarabi (m. 37).
Estadio Wanda Metropolitano. 58.000 espectadores.
MADRID - Un testarazo de Álvaro Morata en el minuto 77, siete después de haber entrado al terreno de juego, surgió al rescate del Atlético de Madrid, inofensivo, irreconocible, deprimido y al filo de la decepción del empate contra el Bayer Leverkusen, pero ganador a la espera de una reacción aún pendiente en el juego.
El Atlético no jugó el partido que quería. Y eso es un problema, más aún para un bloque que predispone tanto cada movimiento, cada acción o cada sector. Ni manejó la pelota ni los espacios ni el control del encuentro como pretendía, exigido demasiadas veces para correr para atrás, por el contragolpe tan explícito de su oponente. Mal en el primer tiempo, el equipo de Simeone lo cifró, obligatoriamente, para la reanudación.
Ante tal nulidad ofensiva, parece un lujo que Vitolo o Morata sean suplentes. Ninguno de los dos -Vitolo ni siquiera jugó- fue el primer recurso del técnico. Fue Lemar. Ya en el 70, Simeone incluyó en el campo a Morata. Es una concesión dejarlo en el banquillo, aunque sólo hubiera marcado un gol hasta ahora en este curso. Lo demostró en siete minutos, cuando en su primera ocasión, conectó el cabezazo ganador, tan contundente como la asistencia de Lodi o el primer pase de Lemar. Un bálsamo. - Efe