Bilbao - Unai Laso (Bizkarreta-Gerendiain, 1997) está en vena. El joven navarro de Baiko Pilota rindió a grandísimo nivel en el ecuador del verano, siendo clave en la victoria en la final del Torneo Aste Nagusia de Bilbao junto a Albisu -entró como suplente de Urrutikoetxea y superaron a Altuna III-Rezusta por 13-22-, pero una lesión en el brazo le frenó. Tras un mes de baja arribó en el Cuatro y Medio como un huracán. Superó a Elezkano II (17-22) en octavos y comenzó la liguilla de cuartos aplicando el rodillo ante Artola (9-22). El sábado en Bilbao puede dejar casi sellado el pase a las semifinales si gana a un sobresaliente Joseba Ezkurdia, campeón en curso.
Se encuentra en un gran momento.
-Sí. Estoy con confianza. He disputado dos partidos dentro del Cuatro y Medio y me han salido las cosas bien. Estoy contento conmigo mismo y con el trabajo que estoy haciendo.
Llegó al Cuatro y Medio después de una lesión muscular en el bíceps derecho que le tuvo fuera de órbita un mes. ¿Le ha sorprendido a usted mismo su rendimiento?
-Fue un mes difícil, ya que venía de completar una serie de buenos partidos antes de lesionarme. Entré con dudas, porque había entrenado poco, pero mentalmente estaba bastante fuerte. Me he entrenado también en ese aspecto. He estado concentrado.
¿Sentía en su primer partido que se jugaba mucho?
-Sí, porque he jugado casi todos los campeonatos de Primera y no habían salido las cosas. Ganar era dar otro salto. Más aún frente a un pelotari de la talla de Danel Elezkano.
¿Qué ha cambiado del Unai Laso de la pasada campaña con respecto al de esta?
-Juego más serio y concentrado, sin tantos errores y sin irme de los partidos. He trabajado en ello. También he mejorado técnica y físicamente. He cambiado en todo.
Hace referencia a entrenar el plano mental y cometer menos errores. ¿Cómo lo ejercita?
-En los entrenamientos intento hacer menos errores, al igual que en los partidos de parejas. Además, jugando encuentros de prestigio acabas cogiendo el nivel y el rodaje que se necesita en la categoría. Si juegas siempre en Segunda y te ponen un partido de Primera, sales a tope pero no estás acostumbrado ni a las pelotas ni a los rivales.
¿Considera que la final de Aste Nagusia fue un punto de inflexión?
-Sí. Me trajo un punto de relajación. Antes me metía mucha presión y creía que tenía que jugar mucho más de lo que lo estaba haciendo. Ganando esa final me he relajado y en los partidos más importantes estoy jugando más tranquilo.
Era un partido trampa, ¿no cree?
-Era complicado, sí. Si hubiera perdido o jugado mal, me habrían señalado como que no puedo estar en ese nivel. Eso sí, jugué ese partido como si fuera uno más. Gané esa misma semana el Torneo Bizkaia y eso también me dio confianza.
Habla también de mejoría física. Explíquese.
-Tengo más disciplina y he cambiado la alimentación. Me cuido mucho más y se nota. Sí que durante el año se hacen entrenamientos físicos específicos, pero no le doy mucha importancia a eso. Para que un pelotari mejore tiene que meter horas en el frontón. Ahí es donde se crece.
Prosiga.
-Estamos haciendo sesiones de frontón más cortas pero más intensas, metiendo cargas físicas en cada una. Es como jugar un partido.
Tras tres años en Baiko está cerca de las semifinales del acotado.
-Es mi mejor momento, pero no le doy vueltas. Solamente pienso en el partido contra Joseba Ezkurdia. Si llego a semifinales, sería un gran premio, pero hay que ir poco a poco. No pienso en ellas.
¿Cuál es la receta para vencer al campeón Ezkurdia en Bilbao?
-Tengo que moverle. Si juega cómodo, te pasa por encima. Si le meto ritmo, puedo hacerle mucho daño. Es el favorito y el vigente campeón, pero creo en mí mismo. Ganar a Joseba sería muy importante.