YORKSHIRE - El Mundial, por su propia idiosincrasia, por su carácter único, una carrera de un día, un todo o nada, un maillot arcoíris que puede lucirse todo el año y que otorga un aura especial, posee el peso de la mística y el lenguaje grandilocuente propio de los asuntos que transcienden a lo efímero e incluso conectan con las entrañas de la vida. Eso al menos piensa Julian Alaphilippe, el francés que imagina ser campeón del mundo mañana en Yorkshire. “El Mundial es la carrera que me hace soñar, la que más sueño ganar en mi carrera. El maillot arcoíris es la prenda más preciosa, el Santo Grial. El título de campeón del mundo no es solo lo máximo para una carrera, sino también para la vida”. El pensamiento que Alaphilippe empuña es el sentimiento que perfora los poros del resto de candidatos a pintar su futuro multicolor, el gran desafío. Para ello deberán imponerse a una odisea de 285 kilómetros que no se adentrará hasta el kilómetro 160 al circuito final de Harrogate, donde darán siete giros sobre un circuito sin apenas dificultades que criben la carrera de modo definitivo.

Sin un punto concreto de ruptura, la prueba, que madrugará a las 8.30 horas, deberá ser agitada por las selecciones más poderosas, toda vez que un final al esprint es una inequívoca invitación para que Van der Poel, una de las sensaciones del curso, vencedor de la vuelta a Gran Bretaña, donde se anotó tres etapas, disfrute de su implacable final. Será la baza holandesa, su bala. La de España será el Bala. “Me ha sorprendido el trazado. Es más duro de lo que pensaba. Le puede venir bien a Valverde”, expresó Jonathan Castroviejo, uno de los guardianes de Valverde, que alcanza la cita mundialista tras ser segundo en la Vuelta. “Lo tenemos todo para ganar. A Alejandro nunca hay que darle por muerto”, se felicita Pascual Momparler, el seleccionador español tras la concentración del combinad en Alicante. Alicante no es Sierra Nevada, pero el espíritu prevalece. “El año pasado la concentración fue muy bien, mejor imposible; eso no quiere decir que este año se nos vaya a dar tan bien, pero vimos que hacer una concentración una semana antes del mundial es genial, se gane o no se gane”, estableció Valverde. El actual campeón del mundo es la apuesta inequívoca de la selección española, en la que los hermanos Ion y Gorka Izagirre, Jonathan Castroviejo e Imanol Erviti son parte de la guardia de corps del murciano. Lejos del formato mundialista de Innsbruck, con una pared que derrotó a la mayoría antes de acceder a la bocana de meta, en Harrogate no existe semejante aduana. Sin ese peaje se amontonan varios nombres capacitados para pintarse de todos los colores.

poderío belga Por eso, quien no desee jugarse los cuartos en un esprint ante ciclistas con turbo como Peter Sagan, tres veces campeón del mundo, Michael Matthews, Van der Poel o Pascal Ackermann tendrán que castigar a los mejores llegadores a latigazos. Bélgica destaca con un equipo formidable para poder reducir las opciones del resto. Los belgas presentan una selección repleta de talento. DeClerq, el fenómeno Evenepoel, el rejuvenecido Gilbert, Lampaert, Naesen, Teuns, Van Avermaet y Wellens mezclan de maravilla y su poder para meterse en fugas les concede ventaja sobre el resto. Además, todos ellos tienen el aroma de los grandes clasicómanos y la capacidad para el remate, un detalle fundamental en una carrera donde se amontonan los favoritos.

Italia tratará de enredar para dar vuelo a Matteo Trentin, con Cimolai, Ulissi y Colbrelli como alternativas. En Francia, Alaphilippe buscará el cetro y contará con el arrope de Cavagna, Cosnefroy y Gallopin. También contará con un gran apoyo el alemán Pascal Ackermann. Los germanos buscarán que el Mundial se resuelva al esprint. Degenkolb, Politt, Sütterlin o Arndt servirán de trampolín para Ackermann. Eslovenia acude con Roglic, Mohoric y Pogacar. En cualquier caso, el camino para el éxito debe atravesar los puentes de la sorpresa. A eso se aferrarán los daneses, con Fuglsang a la cabeza, los noruegos con Kristoff o los irlandeses con Bennett, todos ellos dispuestos para la búsqueda del Santo Grial.