REAL MADRID: Randolph (2), Campazzo (16), Carroll (9), Tavares (5) y Taylor (8) -cinco inicial-, Rudy (10), Laprovittola (9), Reyes (2), Deck (9), Llull (9) y Mickey (10).
BARCELONA: Davies (23), Pangos (2), Higgins (13), Claver (3) y Mirotic (14) -cinco inicial-, Hanga (3), Smits (2), Oriola (2), Delaney (13), Kuric y Tomic (4).
Parciales: 21-20, 48-33 (descanso), 69-63 y 89-79.
Árbitros: Hierrezuelo, Peruga y Calatrava. Hanga y Tavares fueron eliminados por cinco personales .
Incidencias: Final de la Supercopa Endesa disputada en el Palacio de los Deportes (Wizink Center) de Madrid ante 12.348 espectadores. Antes del inicio se homenajeó a los campeones del mundo presentes en la final: Sergio Llull y Rudy Fernández del Real Madrid y Pierre Oriola, Víctor Claver y Pau Ribas del Barcelona.
Bilbao - La Supercopa de la ACB dejó claro que la competición doméstica apunta a viajar por el guion de los últimos cursos. Los transatlánticos de la liga mantienen su talento en la plantilla, incluso lo refuerzan con jugadores de contratada experiencia internacional y mantienen ese abismo entre ellos y sus perseguidores. El primer título en juego tuvo al Real Madrid y al Barcelona como protagonistas. El conjunto dirigido por Pablo Laso mostró ser un equipo mucho más sólido. En esta fase en la que muchos jugadores todavía arrastran la resaca mundialista y los entrenamientos con todos los efectivos son contados, los madrileños dominaron mejor los automatismos de su juego y vencieron por 89-79. En un encuentro que comenzó frío, la defensa del Madrid marcó las diferencias en el segundo cuarto y a pesar de que los catalanes trataron de reaccionar, no pudieron bajar de la frontera de los seis puntos.
Tuvo que ser Nico Mirotic, aquel jugador otrora querido por la afición del Madrid y ahora tildado de traidor, el que abriera el marcador con un triple. Otro destello de calidad del jugador de origen montenegrino al que le faltó durante toda la Supercopa esa continuidad que se le debe exigir tras la importante apuesta realizada por el Barcelona. El peso de la anotación catalana la llevaron Malcom Delaney y Brandon Davies, pero estuvieron demasiado solos y cuando la defensa del Madrid empezó a carburar, el cortocircuito de los dirigidos por Pesic fue evidente. El Madrid aprovechó esta situación para marcharse en el marcador con Facundo Campazzo dirigiendo y anotando con solvencia y encontrando en Rudy Fernández y Jordan Mickey los aliados perfectos.
Al poco de arrancar el tercer cuarto, el Madrid logró marcharse hasta el 54-35. El Barcelona no tiró la toalla y Davies asumió la responsabilidad. Las distancias se redujeron hasta el 69-63, pero el conjunto blanco tiró de la experiencia acumulada en estos años para cerrar el choque. - J. V. L.