Duración: 31:02 minutos de juego.
Saques: 4 de Artola (tantos 1, 4, 12 y 14).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 252 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 2 de Irribarria, 10 de Artola y 2 de Zabaleta.
Errores: 5 de Irribarria y 1 de Imaz.
Marcador: 0-1, 0-4, 1-4, 1-16, 2-16 y 2-22.
Incidencias: Final del Torneo San Bartolomé de Elgoibar de la LEP.M disputado en el frontón Ikastola de Elgoibar. Buena entrada. En el primer partido, Laso-Ibai Zabala ganaron a P. Etxeberria-Erostarbe (22-18).
elgoibar - 31 minutos y 252 pelotazos les fueron suficientes a Iñaki Artola y José Javier Zabaleta para hacerse con el título del Torneo San Bartolomé de Elgoibar. Fue una masacre. No hubo piedad. No hubo prisioneros. Iker Irribarria y Ander Imaz vivieron un naufragio en mitad de una tormenta perfecta: sus rivales les pasaron por encima con razón y ellos, en Las Antípodas de su mejor versión, no fueron capaces de encontrar un hilo del que tirar para desenredar la madeja. El delantero de Alegia estuvo soberbio en los cuadros alegres y Zabaleta, cuya presencia en la cita dirimida en el frontón Ikastola de Elgoibar estuvo en seria duda por los problemas de manos que vivió el martes en Bilbao, llegando incluso a barajarse el nombre de Beñat Rezusta como suplente, volvió por sus fueros. El de Etxarren dominó a Imaz de cabo a rabo y secuestró la pegada de Irribarria. Entre tanta marejada, los colorados no tuvieron capacidad de respuesta ni debate. El 2-22 fue justo.
La irregularidad está pasando factura al campeón del Manomanista durante el verano. Iker alterna partidos con genio a actuaciones grises desde que venciera en la cita por el cetro más importante del curso manista. Nubes y claros. Mal negocio. La tralla de una temporada en la que apenas está teniendo tiempo para descansar -aunque no carburó en el Cuatro y Medio, enlazó presencia en las finales del Parejas y del Manomanista, ganando la última, en la que vivió también un aplazamiento- le está pasando factura. El delantero guipuzcoano no tuvo su día y se esfumó, sin apenas incidencia en el juego, afectado por la inspiración de Artola y Zabaleta. Inerme al no poder marcar el ritmo con el golpe y romo en las labores atacantes, al zurdo de Arama se le acumularon los fantasmas y, al tratar de romper, terminó sumando cinco fallos y únicamente dos tantos, los únicos de su bando. Una cosecha muy pobre. Entretanto, Imaz, dominado, se pasó el partido deletreándole la espalda a Zabaleta, abrumado en mitad del chaparrón. El pegador le puso a bailar. Irribarria e Imaz, noqueados, se encontraron en un escenario hostil. La bomba de relojería les explotó en la cara. No hubo ni emoción, ni pimienta, ni pasión, ni nada por estilo. Todo murió en el aquelarre elgoibartarra, un desierto competitivo.
Un saque de Artola abrió las hostilidades y le siguieron dos yerros consecutivos del delantero de Arama. Otro primer disparo abrió la primera brecha. El 0-4 únicamente fue contestado por un gancho del delantero de Aspe, que recuperó una brizna de fe, sepultada por un cortadón de Zabaleta, magnífico. Y la herida en el luminoso y sobre la cancha se abrió hasta límites insospechados. La final quedó herida de muerte. Una tacada de doce tantos destrozó el partido. Al 1-16 se accedió con un monólogo. Artola, cómodo con un buen Zabaleta, no perdonó.
Lo único que frenó la sangría fue otra volea de Irribarria. Sin fallos, inmaculados, los azules no dieron pie a más sorpresas. Aplicaron el rodillo. Desafinados, los colorados no pudieron siquiera maquillar el luminoso. Artola terminó la faena con dos saque-remates.