vitoria - A punto de coger el vuelo con destino a Atlanta, en Estados Unidos, la jugadora de baloncesto alavesa, Nerea Hermosa, atiende a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA para hablar de sus dos participaciones con la selección española sub’18 en el Europeo de Bosnia y Herzegovina, donde terminaron quintas, y de la medalla de bronce conseguida con la sub-19 en el Mundial de Tailandia. También habla de su nueva experiencia en los Estados Unidos que arranca hoy para jugar en Georgia Tech, equipo de la Liga universitaria NCAA, y estudiar en el Instituto de Tecnología de Georgia, “en principio Ingeniería Industrial, aunque ya se verá porque hasta tercero podemos elegir asignaturas de todas las carreras”. Para esta pívot de 196 centímetros no será su primera experiencia fuera de casa, ya que con apenas 14 años cambió Vitoria por Barcelona para enrolarse en el Segle XXI, club del cual han salido muchas jugadoras de alto nivel como la bicampeona de Europa Alba Torrens o la también campeona de Europa en el pasado Europeo de Serbia y Letonia, María Pina, o Laura Nicholls.

A sus 18 años va a coger hoy el vuelo para irse a Estados Unidos y jugar en el Georgia Tech de la NCAA. ¿Qué siente cuando está a punto de emprender esta nueva aventura en su carrera deportiva?

-La verdad que lo vivo con bastante normalidad y tranquilidad. Estoy acostumbrada a estar sola y jugar fuera de mí casa. Llevo más de cuatro años en Barcelona, jugando para el Segle XXI, y por este motivo he tenido la oportunidad de vivir fuera de casa. Por ello, estoy muy ilusionada y con muchas ganas de ir a Estados Unidos. Por lo que esta nueva aventura respecta, me la tomo como un paso más que debo dar en mí carrera deportiva. En definitiva, estoy con muchas ganas de aprender y de vivir esta experiencia.

¿Tiene alguna expectativa concreta?

-Nada más que seguir mejorando y continuar mi crecimiento como jugadora. Es para lo que voy al Georgia Tech, para intentar mejorar en el baloncesto hasta llegar a lo más alto y compaginarlo con los estudios, porque no solo se vive del deporte y hay que estar muy preparada siempre. La verdad es que estoy muy ilusionada con empezar.

¿Ya tiene pensado qué va a estudiar?

-La verdad es que iré viendo, ya que los dos primeros años podemos coger asignaturas de todas las carreras hasta que en el tercer curso nos decidamos por una carrera determinada, a no ser que desde primero tengas claro qué carrera quieres hacer. En mi caso y antes de hacer todo ese proceso, tengo la intención de hacer ingeniería industrial o alguna por el estilo aunque todavía no lo tengo claro. Iré viendo e iremos año a año.

Será su primera experiencia en Estados Unidos pero la segunda fuera de casa, ya que con 14 años se fue a Barcelona a jugar en el Segle XXI, ¿qué diría que ha aprendido estos años?

-Muchas cosas. Al fin y al cabo, vivir fuera de casa es algo muy difícil y más siendo tan joven, como fue en mi caso cuando me decidí a irme a Barcelona. De esta manera, puede que si hubiera dado directamente el salto a Estados Unidos desde Vitoria, sería mucho más difícil y por eso, en mi caso, la experiencia vivida con el Segle XXI me ha servido para que el cambio no sea tan drástico.

La convivencia en Barcelona junto a sus compañeras sería un factor muy importante, ¿no?

-La verdad es que sí. Al final estábamos todos los días juntas estudiando, entrenando y viviendo la experiencia haciendo lo que más nos gusta hacer. Eso es algo que me ha hecho mejorar como jugadora, así como madurar como persona tanto dentro como fuera de la cancha.

¿Y qué espera de la futura vida en Estados Unidos a nivel deportivo y extradeportivo?

-Mi beca es deportiva e iré al Instituto de Tecnología de Georgia. Al igual que en Barcelona, la convivencia será algo muy importante, dado que el día a día lo componen más cosas que jugar al baloncesto, entrenar o estudiar para los exámenes. Compartiré piso con deportistas de otros deportes como balonmano, tenis u otros, y también conviviré con otros que igual no practican ningún tipo de deporte.

¿Qué piensa su familia de que se marche a Estados Unidos?

-A mí me da mucha pena porque tengo que irme y dejarles aquí. Me sucede lo mismo con mis amigos, no es algo que sea fácil. Aun así tanto mi familia como mi entorno más cercano está muy contento por mí, ya que me ven que estoy feliz y que estoy haciendo lo que más quiero. Que no es otra cosa que poder compaginar mis estudios con el baloncesto. Están ilusionados por mí. Mi aita y mi ama me dicen que me cuide, aunque ya saben que soy muy responsable. Sé que están contentos porque voy a Estados Unidos, aunque en el fondo estén tristes porque me voy lejos, pero eso es normal.

Se marcha a Estados Unidos después de haber quedado quinta con la selección española

sub-18 en el Europeo de Bosnia y Herzegovina y tercera en el Mundial sub-19 de Tailandia. ¿Cómo se ha visto en ambos torneos?

-El Europeo fue nada más terminar la temporada con el Segle XXI y no tuvimos tiempo para descansar. En cuanto a las sensaciones, acarreaba algún problema más psicológico, del que ya estoy recuperada, y pese a jugar mucho no disfruté del todo del torneo. Quedamos quintas, como dices, y no terminamos contentas pese a perder contra las campeonas y saber que no fue un campeonato fácil. Por otro lado, en el Mundial con la sub-19 mentalmente estuve mucho mejor, gracias a la ayuda psicológica que recibí tras perder en cuartos de final en el Europeo en Bosnia y Herzegovina. Fui con muchas ganas de competir con las mayores para quitarme esa espinita clavada de la sub’18. El Mundial lo disfruté mucho, no solo por el tercer puesto que logramos sino por el gran trabajo que se hizo en todos los sentidos por parte del cuerpo técnico, así como de todas mis compañeras.

Jugó más en el Europeo sub-18 que en el Mundial sub-19. ¿Por qué?

-Así es, pero eso no es sinónimo ni de que haya estado mejor ni nada por el estilo. En la 18 jugaba con las de mi edad, mientras que en la 19 eran más mayores que yo y bueno al final la diferencia se nota en la cancha. En el Europeo, como te he dicho, mentalmente no estuve nada bien y además se sumaron unos calambres que mermaron bastante mi juego. En lo deportivo no fue mi mejor campeonato con la selección y no me noté del todo bien. En el Mundial, en cambio, pese a no haber tenido muchos minutos disfruté y aprendí mucho de toda la experiencia con mis compañeras.

Habla mucho del Mundial pero ¿se esperaba la llamada de Fabián Téllez?

-La verdad es que podía hacerme una idea. Al final durante todo el año nos van diciendo un poco cómo vamos, a dónde tenemos opciones de ir y si hay esperanzas reales de estar en un sitio u otro. Una vez que nos cogieron a otras dos compañeras de mi edad y a mí hablamos con el entrenador y nos comunicó que si nos habían escogido era porque seríamos importantes para el equipo y porque quería que estuviéramos allí con ellas.

En su posición de pívot se ha encontrado con Lola Pendande, que ha sido una de las mejores jugadoras del Mundial sub-19.

-Así es, yo ya sabía a lo que iba y solo he querido aprender, disfrutar del campeonato y aportar mi granito de arena para así poder ayudar al equipo a ganar. Iba con la mentalidad de aprovechar todos los minutos que me diera el entrenador sin importarme, en ningún momento, si jugaba más o menos. Una vez pasadas dos semanas del Mundial, puedo decir que estoy contenta con mi aportación y además, los entrenadores me felicitaron al termino del torneo.

¿Qué destacaría de la pívot del Barça CBS, Lola Pendande, y qué le gusta de ella?

-Es una persona que siempre está enchufada, anima mucho a las compañeras y eso es algo que se contagia durante los partidos. Ayuda mucho y transmite mucha energía positiva a todas en cualquier instante del encuentro. También destacaría su carácter. En definitiva, estar con ella siempre ayuda.

En el Mundial se jugaron el tercer y cuarto puesto ante Bélgica después de perder en semifinales contra Australia (55-64), ¿cree que pudieron haber ganado?

-Creo que sí. Contra Australia tuvimos un día muy malo, donde no nos salía casi nada. No estuvimos bien en el tiro exterior y no nos entraron los triples, que de haber tenido el mismo acierto que ellas estoy segura de que hubiéramos ganado la semifinal. Además, destacaría el trabajo de scouting hecho por el cuerpo técnico, gracias al cual hemos ganado muchos partidos.

Tras esta amarga derrota ganaron a Bélgica (58-52) y consiguieron la medalla de bronce.

-Pudimos quitarnos el mal trago de no haber conseguido superar a las australianas ante Bélgica. Eran una selección muy buena y sabíamos que no iba ser fácil. Tuvimos un mal comienzo con un parcial de 9-0 en contra pero supimos remontar y ponernos por delante en el electrónico. Estamos muy orgullosas de haber conseguido el tercer puesto.

Jugó casi 11 minutos e hizo cuatro puntos y cuatro rebotes en el tercer y cuarto puesto.

-Sí, pero siendo sincera nunca me fijo mucho en mis datos tras los partidos. Sabía lo que tenía que hacer y terminé contenta con mi actuación, tanto en el tercer y cuarto puesto como durante todo el Campeonato del Mundo.

Tras estos dos campeonatos que le han llevado a estar más de 40 días compitiendo, ha estado dos semanas descansando antes de irse a Estados Unidos. ¿Da tiempo a desconectar un poco de todo lo que rodea al baloncesto?

-La verdad es que sí (ríe). Necesitaba estas dos semanas y las he disfrutado con mi familia y amigos antes de emprender mi nueva aventura en Estados Unidos. Al final da tiempo para todo y estoy tranquila.

¿A corto plazo qué espera de su aventura americana en el ámbito estrictamente deportivo?

-Estoy expectante en todos los sentidos. Al principio nos explicarán todo, incluso dónde jugaré. Soy pívot, pero igual allí termino jugando de cuatro porque son más corpulentas que yo pese a mi altura. Lo único que sé es que entrenaré mucho e intentaré mejorar en todos los aspectos.

Por último, ¿qué objetivo o sueño tiene para esta temporada con el Georgia Tech?

-Ganar todos los partidos (ríe), meternos en play off y sobre todo disfrutar de la experiencia.