La etapa, en los Vosgos, parecía propicia para que llegase una fuga. Aunque la escapada del día estuvo compuesta por grandes corredores, de muchísima calidad, al final, la jornada se resolvió al esprint, con un gran triunfo para Peter Sagan, que se saca así la espina de los primeros días. El eslovaco consiguió su 12ª victoria en el Tour, unos números que hablan bien claro de la enorme categoría que tiene. Es un superclase. Por fin ganó Sagan después de acumular un par de derrotas en las jornadas anteriores que se disputaron al esprint. En Colmar se desquitó y afianzó el liderato de la regularidad. El pelotón rodó rápido y los equipos con intereses para que la etapa acabara al esprint se impusieron frente a los fugados. En el Tour no se regala nada. Ante la llegada de la montaña, Ineos apostará por ir a por la etapa y el amarillo en La Planche des Belles Filles, que coronará una jornada dura de montaña. El día acaba en un puerto muy exigente, de los que no perdonan, y se verá quién está para ganar el Tour, pero, sobre todo, quién no está para ganarlo. Seguro que habrá diferencias.
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