Vitoria - Pedro Oviedo comenzó a interesarse por el triatlón a los 37 años, cuando a su pasión por las carreras y rutas de montaña a pie y por el ciclismo sumó sus primeras sesiones de natación. Fue entonces cuando se enamoró de esta disciplina y al poco tiempo se vio completando los 3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y 42,2 de carrera a pie del Ironman de Suiza. No solo eso, el alavés se inició por la puerta grande al conseguir en esa misma prueba la clasificación para el Campeonato del Mundo de Ironman, en Hawái. Con más de 10 Ironman a sus espaldas, el 14 de julio no faltará a la cita con la primera edición de esta carrera de resistencia en su ciudad. Al día siguiente, cumplirá 62 años.

Oviedo es uno de los grandes culpables de que el triatlón haya alcanzado la cuota de popularidad de la que goza ahora mismo en Vitoria-Gasteiz. Junto a Fernando García Aja es el único español que se ha proclamado campeón del mundo de Ironman en Hawái. Lo hizo en 2012, en el grupo de edad de 55 a 59 años, distanciando al segundo clasificado en 20 minutos. El gasteiztarra aún recuerda cómo su inseparable compañero de entrenamientos reaccionó a aquella victoria. “Él había tenido que abandonar por problemas en la bicicleta, lo cual fue una lástima y lo lógico es que hubiera estado tocado, pero en cuanto me vio alucinaba. ¡Pedro, que le has sacado 20 minutos al segundo!. Tengo un recuerdo inolvidable de aquella carrera. Se me quedó un sabor agridulce por su abandono, pero él siempre se sobrepone a estas dificultades, es un campeón”, comenta el veterano triatleta.

Aquel 2012 fue un año redondo para él y para el triatlón alavés, “un auténtico boom”, en su opinión. Ese verano se celebró el Mundial de Triatlón en Vitoria, un evento que “fue todo un acierto e hizo que la carrera ganara mucha popularidad”. En aquella ocasión los triatletas alaveses arrasaron empujados por su público. Pedro Oviedo se proclamó campeón del mundo en su franja de edad, Eneko Llanos fue subcampeón absoluto y la lanzaroteña Ruth Brito, actual pareja de Llanos, logró el oro en su categoría. Este año Oviedo podrá al fin correr un Ironman, la Champions League de los triatlones, en su ciudad. Pero el llegar a estos niveles de excelencia no ha sido un camino de rosas.

Precursor del triatlón en Vitoria Pedro Oviedo comenzó a practicar triatlón de larga distancia cuando en Vitoria aún era un total desconocido. “Por aquel entonces solo participábamos tres o cuatro en la distancia full y en España el único triatlón importante era el Ironman de Lanzarote. Ahora vamos a tener 2.100 triatletas de todo el mundo haciendo uno en Vitoria. Es fantástico”.

Para él, el triatlón tenía todos los boletos para triunfar. “Es un deporte muy sugerente por su plasticidad y su estética. Los aficionados se lo toman como un reto, como un ejercicio de superación”. Con la entrada en el calendario Ironman, la prueba va un paso más allá. “Para Vitoria-Gasteiz será importante, ayudará a internacionalizar la ciudad, pero espero que la carrera no pierda su esencia”. La entrada de una multinacional como Ironman conlleva que el triatlón gasteiztarra tenga que adaptarse a sus cánones y ha provocado, entre otras cosas, que desaparezca la prueba de media distancia.

Estos cambios han provocado que la participación local descienda respecto a ediciones anteriores. “A nivel aficionado se va a echar un poco en falta el antiguo sistema. Fue espectacular la cantidad de atletas amateur que llegaron a tomar parte. El precio de las inscripciones también es más caro ahora”. En cualquier caso, Oviedo confía en que el director de la carrera, Eduardo Martínez, evite que la prueba pierda la identidad que tantos éxitos ha dado. “Ojalá se mantenga el nivel de atención al triatleta que se tenía antes, cuando no estaba todo tan mercantilizado”, sostiene el gasteiztarra.

Figurar en el calendario Ironman va a generar mucha competencia con el resto de pruebas por atraer participantes, pero para Oviedo Vitoria cuenta con un rasgo distintivo: “Su público”. “Fue un acierto decidir que la prueba pasara por el centro de la ciudad, para los seguidores es muy fácil seguirla y se vuelcan con los atletas. Yo llevo cuatro años sin competir en un Ironman y lo voy a volver a hacer por dos razones. Por el gusanillo que tengo y por correr de nuevo delante de la afición alavesa”, asegura.

Nuevo escenario con su jubilación Pedro Oviedo ha tenido que compaginar durante todos estos años su pasión por el triatlón de larga distancia con su trabajo en una compañía eléctrica y ahora por fin podrá dedicarle más tiempo al deporte. “Podría haber llegado al acuerdo de prejubilación un mes antes, la verdad, así podría haberme preparado más tranquilamente para el Ironman”, bromea. Los años no pasan en balde y cada vez se le hace más duro el intenso entrenamiento necesario para completar un Ironman.

De hecho, puede que este año sea el último en el que le podamos ver compitiendo al máximo nivel. “Hablé con Eneko Llanos y nuestra idea era competir juntos en Ironman por última vez. Primero en Vitoria y luego en el Mundial de Hawái. Él ganó el de Arizona y ya tiene el billete para Kona, espero conseguirlo yo también el 14 de julio y poder ir con él”, desvela. “Después de ser campeón del mundo en 2012 me relajé y desde entonces me lo he tomado con más calma, pero tenía ganas de volver a pelear por un Ironman, puede que por última vez”. Aún y todo, no tiene intención de dejar el triatlón, pero sí se dejará de exigir tanto.

Con su jubilación, se le abre un nuevo abanico de posibilidades. “Buscaré nuevas aventuras, voy a poder viajar más. Me gustaría hacer la Titan Dessert, raids, rutas de montaña...”. Sus deportivas y su bicicleta aún tienen muchos kilómetros por delante.

la clave, disfrutar entrenando No es fácil mantenerse en una intachable forma física con más de 60 años. Requiere mucho trabajo y Oviedo lo sabe mejor que nadie. “A quien quiera introducirse en este mundillo a mi edad yo le diría que lo más importante es tener tiempo. Cualquiera puede hacer un Ironman, pero son necesarias horas y horas de entrenamiento. Si no las tienen lo mejor es que prueben con pruebas de media distancia o carreras menos exigentes”, recomienda el gasteiztarra.

Para todos aquellos que se animen con el deporte su consejo es claro: “Yo nunca he tenido una rutina estricta de entrenamientos. Lo más importante es disfrutar de ellos, no obsesionarse, solo unos pocos se ganan la vida con esto. Yo nunca he dejado de entrenar con amigos porque me lo indicara una tabla”. Esto se lo ha transmitido a su hija de 33 años, que se estrenará con su primer Ironman en Vitoria. “Será precioso coincidir en la pista. Seguro que en la ciudad nos cruzamos en algún momento, para mí es muy especial”, asegura.

Oviedo tampoco es fan de las nuevas tecnologías ni de las dietas minuciosas. “Algunos se obsesionan con los relojes inteligentes y los pulsómetros, dejan que ellos tomen las decisiones. Yo ni siquiera llevo uno. Para los aficionados puede ser un buen complemento pero no debe ser el centro de atención. Otra cosa es los profesionales, ahí ya no me meto”. En cuanto a la alimentación, come sano pero no se priva de nada ni lleva la cuenta de sus calorías. De hecho, espera con ganas el final del Ironman para poder comer “unas pocas guarradas”.