WANG Shuang (Wuhan, 1995) es una de las grandes estrellas del fútbol asiático y a sus 24 años es la gran esperanza de China. De pequeña la criticaban mucho y algún entrenador llegó incluso a dudar de su calidad. Evitando mostrarse vulnerable ante situaciones complicadas, su pasión por el fútbol la llevó a vivir sola en Pekín con 12 años. A día de hoy, Shuang es centrocampista del PSG.

Mucho ha cambiado la referente en la creación de China desde que diera sus primeros pasos sobre el verde de su Wuhan natal. La historia de Shuang ha estado repleta de trabas, y tiene su punto neurálgico a la edad de cinco años. Sus padres se divorciaron y ella se fue a vivir con sus tíos. Según relata en una carta abierta en The Players Tribune, al mudarse, las inseguridades afloraron en la pequeña Shuang, que apenas salía de su habitación a hacer frente al mundo. Fue el fútbol quién la ayudó a salir adelante para evitar mostrarse vulnerable.

Con 17 años, y cuando militaba en el Wuhan Ladies, fue convocada por la selección absoluta de su país. Poco tiempo después ficharía por el Sportstoto de Corea del Sur. A pesar de sufrir una lesión en el tobillo izquierdo, el futuro estaba escrito para la futbolista china, que en el verano pasado dio el salto a Europa. Wang Shuang ha completado su primera temporada en París con ocho goles y un segundo puesto en la liga francesa, solo por detrás del todopoderoso Olympique de Lyon. En la Champions League, el PSG cayó en los cuartos de final ante el Chelsea.

La historia de esta futbolista china, uno de los peligros que tendrán que frenar las jugadoras de España ha estado llena de momentos difíciles y solitarios, pero todas sus vivencias han forjado una persona fuerte y una deportista de élite mundial, que en la actualidad es la máxima exponente del deporte más mediático en Asia.