Bilbao - El pellejo del Campeonato Manomanista ha cambiado una barbaridad en una década. En la edición de 2009, diez de los 24 pelotaris en liza eran zagueros. Peio Martínez de Eulate, Iñigo Pascual, Aitor Zubieta, Aritz Laskurain, Xabier Urberuaga, Kepa Peñagarikano, Aritz Begino, Patxi Ruiz, Rubén Beloki y Abel Barriola partieron en la parrilla de salida del torneo más importante del curso manista, que acabó ganando Juan Martínez de Irujo a Aimar Olaizola en el frontón Atano III de Donostia. En la presente edición, únicamente Beñat Rezusta será el guardaespaldas que participará en el mano a mano. La cuestión se acentúa cuando se ponen las pestañas en el palmarés, que sigue atascado en 2003, último cetro de un zaguero en la modalidad, conquistado por Patxi Ruiz.

Desde entonces, el desierto. Rezusta es uno entre un millón. El zurdo de Bergara arranca el lunes su presencia en el mano a mano contra Peio Etxeberria, que llegará rodado después de dos triunfos contundentes ante Javier Zabala (22-11) y Asier Agirre (3-22). “Me encuentro bastante bien. El Manomanista es una competición que te exige cambiar todo: los entrenamientos, el juego? Además, es un terreno para los delanteros. Estoy justo de preparación, pero eso es por un buen motivo, es señal que he llegado a la final del Parejas. El tiempo no es excusa”, determina el guardaespaldas guipuzcoano, al que la versatilidad coloca como uno de los únicos zagueros capaces de hacer sombra a los delanteros. Incluso, en su etapa aficionada estuvo seleccionado para las competiciones internacionales en la especialidad. En 2014, Beñat se llevó el cetro de Segunda y un curso después fue capaz de avanzar dos rondas en el de Primera. En su primera andanada tumbó a Jon Ander Albisu (16-22) y a Yves Xala (14-22).

En aquella edición tomaron parte otros tres guardaespaldas -Untoria, Zubieta y Beroiz- e Ion Jaunarena, que pasó de la delantera a la zaga a finales de 2017. Un curso después, Artola desmadejó al bergararra en octavos de final (17-22) -participaron Merino II, Untoria y Jaunarena-. Sin embargo, la llama manomanista de Beñat creció en 2017, curso en el que descorchó su participación en octavos de final y llegó a las semifinales al tumbar a Víctor (19-22) y Altuna III (22-14). Perdió en un buen partido ante Irribarria en Eibar (22-17). Aquella temporada contó con Untoria, Albisu, Zabaleta y Jaunarena. El curso pasado, mientras, se encontró en cuartos con Olaizola II y cayó como cabeza de serie (22-8). Entonces, el número de zagueros se redujo a los tres pegadores del cuadro. Solo queda uno.

“Peio Etxeberria ha jugado dos partidos muy buenos. Sobre todo, ante Agirre sacó bien, le dio velocidad a la pelota e imprimió mucho ritmo. Será un partido difícil y yo tendré que hacer mi juego, teniéndole atrás”, determina el eléctrico zurdo.

Los dos contendientes se encontraron ayer en la liturgia por el material en el frontón Aitzuri de Zumaia, de herramienta, y no tuvieron problemas con los lotes de pelotas. “Las cuatro son bonitas para jugar”, manifestó el puntillero de Zenotz.