se denomina Día de la Victoria a la celebración de la victoria de la Unión Soviética y los Aliados sobre la Alemania nazi. Fechada el 9 de mayo de 1945 en la Segunda Guerra Mundial, dicha cita se celebra como día festivo en Rusia, Bielorrusia y en la mayoría de las antiguas repúblicas soviéticas. Por analogía y, aunque no nos gusten las guerras, aunque sí la historia, después de 14 años en el dique seco y tras 15 derrotas consecutivas en Moscú, el Baskonia se trajo el triunfo. Llegó, por tanto, el particular Día de la Victoria para la tropa baskonista. También el Zalgiris consiguió ser el primer equipo en ganar en la cancha del Fenerbahce en lo que va de temporada. Una hazaña. Sendas eliminatorias del Top 8 se ponen al límite. El Baskonia tiene la pelota en su tejado y el punto de mira puesto en la Final Four de Vitoria-Gasteiz.
Tres grandes por las calles de Vitoria ¿Se imaginan a tres grandes del celuloide como Gregory Peck, Anthony Quinn y Omar Sharif recorriendo las calles de Vitoria-Gasteiz en los años 60? No pudo ser. Fue prohibido por el Régimen. Pero sí interpretaron sus papeles por diferentes escenarios de nuestra ciudad desarrollados con detalle por el carismático Alexandre Trauner, Oscar por sus decorados en El Apartamento. Al parecer, Trauner, director artístico, y Fred Zinnemann, director absoluto del film en cuestión y uno de los grandes cineastas de la época, sí que pasearon por la capital alavesa, tomando apuntes de los localizaciones a desarrollar posteriormente en estudios franceses. La película llevó por nombre Y llegó el día de la venganza (título original: Behold a Pale Horse).
Esta cabecera cinematográfica viene que ni pintada a la eliminatoria que vuelve a enfrentar hoy al Baskonia frente al CSKA tras no haber sido capaces los vitorianos de superar nunca a los rusos en unos derroteros de este tipo. Definitivamente ha llegado el Día de la Venganza. El editor Ernesto Santolaya quiso montar una exposición tras lograr acumular material inédito, pero las instituciones no acompañaron. Desde hace un tiempo parece que en esta ciudad la cultura ha perdido peso en beneficio del deporte. ¡Ah, perdón, que el deporte también es cultura!
El momento propicio La oportunidad es única. Poder decidir en casa una eliminatoria de esta índole no está al alcance todos los días. El CSKA nunca ha estado detrás de una serie de la Euroliga al mejor de cinco. ¡Ojalá no sean necesarios tantos envites! Las estadísticas están para romperse, pero la ocasión parece propicia para un Baskonia que, tras muchas dificultades y ausencias, llega pródigo de efectivos al momento clave de la temporada con la recuperación de jugadores lesionados a la plantilla (Shengelia, Janning, Garino y un Granger en ciernes). Ahora falta saber si con más elementos se juega mejor o si es necesario recomponer el puzle para darle forma.
En el deporte de equipo no sólo cuenta cómo estás tú. También es fundamental de qué manera llega el rival. El CSKA parece una escuadra en decadencia, con sus líderes entrados en años, muchos jugadores pero pocos determinantes y con un plantel a punto de sufrir una transformación en su roster a final de temporada.
Lejos queda la Final Four de 2017 que el CSKA resolvió por la vía rápida. Los rusos endosaron un 3-0 al Baskonia, pero el número no hizo honor al esfuerzo. La diferencia entre los dos equipos no respondió a ese guarismo. Corría abril de 2017. La temporada pasada fue el Fenerbahce el que se llevó el cuarto partido de Vitoria y, por ende, la clasificación.
Rescatar tendencias Por echar un vistazo a los cuatro partidos que llevan disputados Baskonia y CSKA esta temporada, la igualdad es máxima. Balance de dos victorias y dos derrotas. Es destacable, aunque no sorprendente por la tendencia actual, el número de puntos conseguidos por los azulgranas en la pintura. Si bien en los encuentros de liga regular los vitorianos acumularon números parejos dentro de la bombilla (35 de 76 en el triunfo de la primera vuelta y 34 de 78 en la derrota en Moscú), en los dos partidos de cuartos los de Perasovic sólo han acumulado 20 puntos de 68 en el primer envite y 25 de 78 en el triunfo del Día de la Victoria. No son tiempos para jugar de espaldas. En este ámbito es donde los gasteiztarras tienen capacidad de mejora. Todo lo que sea equilibrio puede contribuir a un final feliz.El guion de la última cita fue singular. El Baskonia lideró los 40 minutos de juego y nunca estuvo por debajo en el marcador. En la derrota de la segunda vuelta los de Zurbano gobernaron 34 minutos, pero a la postre sufrieron moción de censura y derrota. No es debido pedir imposibles, aunque todo vale para servir fría una venganza.