MELBOURNE - Novak Djokovic elevó ayer el tenis a un nivel inalcanzable para cualquier jugador de esta y otras épocas. Ni siquiera Rafa Nadal, que había llegado a la final del Abierto de Australia con gran autoridad, encontró argumentos para desbordar a un jugador que amenaza seriamente con romper todos los récords históricos del tenis. El número 1 del mundo logró su tercer Grand Slam consecutivo, el séptimo en Melbourne en siete finales disputadas, con lo que supera a Roy Emerson y Roger Federer, y suma ya quince en su palmarés, a cinco de Federer y a dos de Nadal en la lista de todos los tiempos tras superar a Pete Sampras.
La final defraudó las expectativas. Donde se presumía un partido duro, igualado y largo, como han sido los duelos entre los dos mejores tenistas del momento, apareció un monólogo de Djokovic: 6-3, 6-2 y 6-3 en apenas dos horas. Nadal, que llevaba cinco partidos sin perder su saque, lo entregó en su primer turno y cedió la iniciativa al serbio que nunca se vio apurado por los envíos del de Manacor. El primer set se cerró con solo un punto cedido por Djokovic con su saque, que nunca logró interpretar Nadal. Al balear se le vio durante muchos intercambios incómodo, sin poder atacar una bola que le venía muy rápida y le obligaba a desplazarse de un lado a otro.
Djokovic no mostró ningún síntoma de flaqueza, jugó con la fiereza y el hambre que ha recuperado tras el año y medio que pasó entre lesiones y falta de motivación. Ahora vuelve a ser un enorme competidor, un jugador con una movilidad y una elasticidad que le permiten alcanzar cualquier bola. Sabía que no podía dejar que Rafa Nadal se levantara de la lona y jugó todos los puntos decisivos con una determinación extraordinaria, como cuando su rival dispuso de su única bola de rotura mediado el tercer set. El balear, por su parte, gesticulaba como intentando comprender lo que estaba pasando. Su servicio, que le había funcionado a la perfección en el torneo, era respondido con mucha intención por el mejor restador del circuito y, así, Nadal solo pudo anotarse la mitad de los puntos con su primer saque.
“No ha sido mi día”, reconoció el número 2 del mundo, que nunca había perdido una final grande en tres sets corridos. Por el contrario, Djokovic comentó que quizás había sido “mi mejor final en un Grand Slam”. Solo nueve errores no forzados por 33 golpes ganadores dan idea de su dominio, de su control absoluto del partido. “Voy a seguir trabajando para tener más oportunidades en el futuro, por mejorar cada día”, asumió Nadal, que ha encontrado en Novak Djokovic la horma de su zapato, sobre todo en pista rápida, donde el serbio acumula ocho victorias seguidas y ha ganado los 17 sets que han disputado. La mejor versión que se ha visto de Nadal en esta superficie no es suficiente ante un jugador inabordable, al menos ayer.
sorprendido “La clave ha sido salir con la concentración y intensidad correctas, tratando de ser agresivo, protegiendo la línea y haciéndole sentir presión. Obviamente, ese era el plan de juego”, explicó Djokovic tras un duelo “perfecto” por su parte. “Solo he cometido catorce errores no forzados entre la semifinal y la final y realmente estoy sorprendido de haber dado este rendimiento”, confesó el tenista de Belgrado, que hace un año estaba de baja tras una operación en el hombre y que agradeció a Nadal “el ejemplo que supone para todos nosotros por su capacidad de superar todas las adversidades”.
El balear, por su parte, admitió que con su gran rival a ese extraordinario nivel de tenis y después de cuatro meses sin competición “yo necesitaba haber dado algo más. Durante seis partidos he podido dar una versión ofensiva, pero hoy necesitaba una defensiva y probablemente me faltaba ritmo, más partidos para poder aguantar”. El caso es que Rafa Nadal se quedó sin el hito que buscaba en este Abierto de Australia, diez años después de levantar su único título en Melbourne: ser el único jugador de la Era Open capaz de ganar al menos dos veces cada Grand Slam. Esa posibilidad pasa a manos de Novak Djokovic, que puede conseguirlo en Roland Garros. “Allí Rafa será el rival a batir”, admitió. Si lo consigue, repetirá lo que ya hizo entre 2015 y 2016, ganar los cuatro grandes de forma consecutiva. Solo Rod Laver, quien da nombre a la pista que ayer hizo suya Djokovic, lo ha podido lograr.
Duración: 2 horas y 4 minutos.
DJOKOVICNADAL
72%Primer servicio64%
8Puntos directos de saque3
0Dobles faltas2
9Errores no forzados28
80%Puntos ganados primer servicio51%
84%Puntos ganados segundo servicio62%
34Puntos ganadores21
42%Puntos ganados al resto19%
5/8Roturas conseguidas0/1
16/18Puntos en la red7/14
197Servicio más rápido (Km/h)205
186Media primer servicio (Km/h)185
156Media segundo servicio (Km/h)157
89Puntos totales53