Álvaro Untoria (Nájera, 1990) descubrió un nuevo horizonte el 6 de enero. ¡Tierra a la vista! El camino anterior en Asegarce -desde el viernes Baiko Pilota- duró siete años y medio. En ese tiempo, el riojano se proclamó campeón del Parejas de Primera con Oinatz Bengoetxea en 2015, entrando como sustituto de Andoni Aretxabaleta. El leitzarra, mágico, asumió la batuta y el guardaespaldas personificó el sueño americano: desde la suplencia, a base de trabajo, acabó reinando. La lana fue merecida. Después de dos cursos más instalado en el estelarismo, la empresa cambió de intenciones y empezó a contar cada vez menos con el riojano, que llenó de responsabilidad cada una de sus actuaciones. Una lesión en Tolosa el 13 de febrero de 2018, después de que Asegarce no le citara para la titularidad del Parejas, acabó por retorcer su destino. “Estuve parado entre cuatro o cinco meses. Nadie supo decirme qué era lo que tenía”, comenta. No acabó por levantar cabeza y la irregularidad en la programación fue una gota china que mermó su confianza. Al empezar 2019 saltó la noticia de su giro de promotoras. “Mi empresa me llamó y me dijo que Aspe estaba interesada en que jugara con ellos, estudié la oferta y dije que sí. Es un reto, una oportunidad preciosa”, cuenta Untoria. El pelotari se siente “ilusionado”.
Así, el riojano tomó la decisión de cambiar de aires y permanecerá ligado a la marca de Eibar hasta junio de 2021. Lo que sedujo al zaguero fueron las condiciones deportivas. “Lo que quiere un pelotari es jugar y disfrutar en la cancha. En Asegarce no tenía oportunidades y salía al frontón con mucha presión. Quería demostrar mucho en cada partido”, desvela el najerino, quien en sus dos encuentros en la firma guipuzcoana suma un triunfo y una derrota. “De momento, estoy quitando la inseguridad, pero me siento contento e ilusionado. Tengo ganas de demostrar que Aspe, a quien estoy muy agradecido, ha hecho bien en apostar por mí. Al final, uno siempre quiere sentirse importante y, en mi caso personal, si las circunstancias no son las mejores, me agarroto”, afirma Untoria, positivo hasta el tuétano.
Recuerda el manista que, superados los problemas en su mano derecha, cuando el calor apretaba en el verano pelotazale, tuvo “buenas” actuaciones, pero Asegarce optó por confiar en otros zagueros. “Es algo que me ha pesado. No contaba mucho y se me acabó juntando todo. La mejor solución para las dos partes era cambiar”, remacha Untoria, que agradece el paso de siete años y medio por la empresa bilbaína, actualmente dirigida por José Ramón Garai. “Tenía que resetear, porque estaba en un bache. Necesitaba empezar de nuevo y volver a sentirme pelotari. Es un reto personal”, confiesa. Es un nuevo horizonte, después de varios meses de transitar por un mar en calma. Untoria busca un nuevo amanecer y dar el “nivel” que ya demostró en el pasado.
ambición y enriquecimiento En cualquier caso, de cara a su nueva etapa, considera que ejercitarse con nuevos técnicos supone un “enriquecimiento profesional” para su carrera. “Berasaluze me ha ayudado mucho y Jokin Etxaniz, al que conozco de mi etapa como precontratado de Aspe, también lo hizo. Tengo mucho que aprender y estoy deseando avanzar con él”, remacha el riojano.
A los 28 años, en edad perfecta para el sacrificado oficio de zaguero, el objetivo claro de Untoria es recuperar sensaciones, pero también “subir a Primera”. “Es una apuesta personal y vengo a intentar ascender. Soy ambicioso, porque cuando pierdes la ambición, es mejor irse a casa. Mi forma de jugar y de entender la vida es a través de la lucha y voy a perseguir mi objetivo hasta el final. Quiero recuperar el nivel”, añade el najerino, que recita que “todo lo pasado es una enseñanza”.