Vitoria - Hace ya un tiempo que se agotaron los calificativos para describir las hazañas del atleta vitoriano Martín Fiz. Un tipo modesto pero tremendamente competitivo que a sus 55 años continúa empeñado en combatir a base de kilómetros y asfalto el inevitable paso del tiempo. Desde que se retiró hace ya años del deporte profesional, su vida ha estado ligada más si cabe a la modalidad que se lo ha dado todo. Fama, prestigio, dinero y, aunque no lo parezca contemplando las palizas a las que somete cada día su cuerpo, salud.
La mejor prueba de de ello es su increíble capacidad para superar con éxito cuantos retos se pone por delante. El último de ellos lo consiguió ayer en Valencia, donde se proclamó nuevo campeón del Mundo en 10K dentro del segmento de edad comprendido entre los 55 y los 59 años. Una gesta colosal que la leyenda alavesa quiso dedicar con emoción a su padre, fallecido precisamente el 13 de enero de 2003. Con él en el recuerdo y la inestimable ayuda en carrera de ese formidable grupo de amigos que Fiz tiene en el Club Cárnicas Serrano de Valencia, detuvo el crono en un espectacular 31:36 con el que vuelve a entrar en el Olimpo del atletismo internacional. Nacho Cáceres, corredor catalán que fue olímpico en Londres 2012, ejerció de liebre para el vitoriano junto a Luis Félix Martínez, Octavio Sanchís y Julián Ramírez. El abuelo alavés lo único que tuvo que hacer es seguir sus pasos y cumplir con los tiempos de carrera previstos. No decepcionó a su equipo ni por su puesto a sí mismo, ya que semejante tiempazo -firmó un tiempo medio de 03’09’’ por kilómetro- le sirvió además para superar el anterior récord mundial, que estaba en posesión del británico Martin Rees (32’02”).
victoria con dedicatoria Como era previsible, el momento en que cruzó la meta del circuito valenciano estuvo llena de emoción para el atleta vitoriano, que en sus primeras declaraciones tuvo un especial recuerdo para su padre. “Quiero agradecer este récord del mundo a mi padre, que falleció el 13 de enero de 2003. Gracias a esos sueños, esa pasión y talento que me transmitió he podido lograrlo otra vez”, declaró el corredor con la voz entrecortada. “Sólo era cuestión de correr igual que lo hacía en el colegio y sólo tenía que imaginar que mi padre era mi liebre y que me marcaría el ritmo que siempre me marcó, el de la vida”, abundó.
Durante el tiempo en que fue profesional, Fiz se consagró con dos títulos de campeón de Europa y del Mundo del maratón, además de un histórico cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996 que bien pudo haberse convertido en metal si no hubiera errado en la estrategia de aquella carrera. De aquel palo anímico se sobrepuso pronto el gasteiztarra de la única forma que sabe hacerlo. Calzándose de nuevo las zapatillas, fijar un objetivo y prepararlo de la mejor forma posible. Así han llegado en los últimos años, por ejemplo, las victorias en los Six Majors, los considerados grandes maratones del muno (Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York) en su correspondiente franja de edad. O también, hace justo un mes y precisamente en la capital del Turia, el triunfo en el campeonato de España de 10K tras superar el atropello que sufrió en Vitoria mientras se entrenaba y que le fisuró cuatro costillas.
300.000 kms en sus piernas De aquella experiencia de superación surgió el objetivo del campeonato del Mundo. Y ya se sabe que cuando este atleta vitoriano se marca un reto, un reto que consigue. Ayer en tierras valencianas, entre casi 11.000 participantes, lo volvió a demostrar, eclipsando por momentos los triunfos, también de récord, de los etíopes Chala Ketema y Tsehay Gemechu. Fue la suya la última gran gesta de un atleta menudo y cercano que acumula a estas alturas 300.000 kilómetros en sus piernas y que en estos momentos, con total seguridad, estará deshojando la margarita para hincarle el diente a su nuevo desafío.