El VAR, el cinturón de seguridad de los coches, la mujer en ciertos deportes o el coach en el deporte... ¿Qué tienen en común? Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los investigadores lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros la emprendían a golpes. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera a pesar de la tentación. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos y lo primero que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, que le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado y se repitió el hecho. El cuarto y último de los veteranos fue sustituido. Los científicos quedaron entonces con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas. Si fuese posible preguntar a algunos de ellos porqué pegaban a quien intentasen hacerlo, con certeza la respuesta sería: “¡No sé, las cosas siempre se han hecho así..!”.
Mira que está dando guerra este año el VAR en el fútbol. Habrá detractores y partidarios, habrá discusiones y controversias pero para mí, en el fondo, está “el miedo al cambio”. Hace muchos años se conducía sin ponerse el cinturón de seguridad y se decía que no pasaba nada. Ahora todo el mundo se sube a un coche y se lo coloca sin cuestionárselo. La mujer, en muchos deportes, no se veía con buenos ojos. Ha costado Dios y ayuda poderlas ver en diferentes especialidades deportivas como el boxeo , el motor o el fútbol mismo. ¿Qué es lo que pasa realmente? Podremos estar de acuerdo o no, sentirnos más o menos cómodos, podremos no entender el porqué del cambio pero lo que no podremos hacer es cerrar los ojos y esperar a que pase de largo. No hay refrán más desalentador que el Más vale malo conocido que bueno por conocer. Me suena a conformarse, a aceptar lo que te está sucediendo en la vida sin ningún otro planteamiento. ¿Estás contento con la vida que estás viviendo? ¿Cómo sientes que estás viviendo tu vida? Muchas personas contestan con un “no me puedo quejar” y es posible que así sea. Una vida cómoda que le ha costado mucho conseguir, con mucho esfuerzo por su parte. La historia no es esa. ¿Te sientes vivo con la vida que estás viviendo?, ¿cómo sientes que pasan los días en tu vida? Al final de tu día te preguntas: ¿Mi día ha merecido la pena? Si la respuesta es afirmativa ten por seguro que vas por buen camino. Habrá días mejores y peores pero si la sensación de que la mayoría de los días merecen la pena, sigue por ahí. Si la sensación es la contraria, si al levantarte te cuesta mirar al día con cierta alegría, puedes seguir por ahí o plantearte un cambio. Vuelvo al refrán: Más vale malo conocido que bueno por conocer. No te muevas que va a ser peor para ti. ¿Dónde vas a encontrar algo mejor? Mira cómo está el mundo, estáte quieto, por favor. ¿De verdad quieres hacerle caso?... Entiendo los miedos, de verdad. Lo que no logro entender es que ni siquiera te plantees una solución, un cambio, un giro. Ahí necesitarás ayuda para enfrentarte a ellos, observar otras posibles perspectivas y caminos. Necesitarás sacar tu esencia para abordarlos y quitarles fuerza. Puedes recorrer tu camino como una víctima de la situación, sin poder intervenir en tu vida, o puedes ser el protagonista y tomar decisiones para variar esas sensaciones negativas. En esta situación por lo menos habrás tomado partido en tu vida y habrás podido intervenir. Me encanta esa frase que dice: ¿Tú que tomas para ser feliz?, ¿yo?, ¡decisiones! Pues tú mismo. Haz lo que quieras pero luego no te quejes. Aceptemos el cambio como un reto, como una posibilidad de mejora, no como una película de terror. ¿Te atreves a jugar?
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