El tenis pone en marcha un nuevo curso lleno de alicientes y de expectativas en los dos circuitos profesionales. Hay jugadores y jugadoras que deben confirmar lo apuntado en 2018, o que esperan mejorar sus resultados para volver por sus fueros o que quieren regresar después de que las lesiones mermaran su rendimiento. Los torneos oceánicos, que culminarán en el Abierto de Australia en la segunda quincena de enero, ofrecerán las primeras pistas, siempre dentro de lo imprevisible y sorpresivo que puede resultar el juego en los albores de la temporada.
Entre quienes deben repuntar en su juego se encuentra Garbiñe Muguruza, que ha elegido por primera vez la Copa Hopman para comenzar su calendario competitivo. Se trata de un torneo por parejas que se juega en Perth, en la costa oeste de Australia, y que no da puntos, pero permite asegurarse al menos tres partidos individuales y tres de dobles sin la presión de la eliminación. Muguruza y David Ferrer, que está en los últimos meses de su carrera, defenderán a España ante rivales como Alemania, Australia y Francia. En el otro grupo están la pareja defensa del título, los suizos Roger Federer y Belinda Bencic; Estados Unidos, con Serena Williams; Gran Bretaña y Grecia.
La vasco-venezolana jugará desde hoy hasta el 4 de enero ante Angelique Kerber, Ashleigh Barty y Alize Cornet, tres buenas piedras de toque para empezar el año de su repunte, que Muguruza inicia desde el puesto 18 del ranking mundial. Mejorar lo hecho en 2018 está claramente a su alcance a poco que ponga en orden su tenis y su mentalidad, de nuevo bajo la dirección de Sam Sumyk, pese a los desencuentros entre ambos. Sydney será la siguiente parada antes del primer Grand Slam.
El reto está ahí, por primera vez en su carrera debe remontar posiciones y eso le obliga a ganar partidos con más regularidad. La vasco-venezolana puede mirarse en el espejo de otras figuras del tenis femenino como Kerber, Petra Kvitova o la propia Serena Williams, que no renuncia a ganar su 24 Grand Slam. Todas ellas han sabido regresar a lo alto tras caer en el ranking. Pero hay mucha competencia porque Caroline Garcia, Johanna Konta o Jelena Ostapenko tienen el mismo objetivo que Muguruza de salir de la zona gris y jóvenes como Naomi Osaka, Ashleigh Barty, Aryna Sabalenka o Daria Kasatkina quieren confirmar que han llegado al Top 15 para quedarse.
Lara Arruabarrena también tiene como objetivo mejorar en el ranking tras un año en el que no pudo alcanzar la consistencia deseada, pese al cambio de entrenador. De nuevo con Andoni Vivanco y desde el puesto 82, la tolosarra debuta esta próxima semana en Auckland tras una dura pretemporada en la que ha querido incidir en su capacidad de resistencia.
big three En el circuito de la ATP, todos miran al Big Three, a Novak Djokovic, Rafa Nadal y Roger Federer y a las decisiones que han tomado sobre su calendario porque todos saben que si estos tres están sanos siguen siendo casi imbatibles en los grandes torneos. El número 1 del mundo, que se estrenó ayer en Abu Dhabi, ya ha anunciado que este año no va a estar en Montecarlo y que entre Roland Garros y Wimbledon no va a jugar nada. “Tuve que tocar fondo para volver a dar lo mejor de mí”, resume Djokovic, que espera que “la confianza que recuperé” en los últimos seis meses de este año le ayuden en 20019.
Por su parte, el balear disputará 16 torneos este año, es decir los cuatro grandes y los nueve Masters 1000, además de Brisbane, Acapulco y Barcelona. “Creo que tengo tiempo para llegar de la mejor manera posible para Melbourne”, asegura Nadal, que cayó ante Kevin Anderson en la exhibición de Abu Dhabi. El tenista de Manacor sabe que tiene que cuidar su cuerpo al máximo y por eso no quiere ponerse “objetivos severos”, aunque sigue manteniendo las ganas de “levantarme cada día con la idea de trabajar muy duro para ser el mejor”.
Federer espera que la Copa Hopman le sirva de buen rodaje para el Abierto de Australia, donde defenderá título. El suizo es consciente de que “a mi edad resultaría increíble ganar algo importante”, aunque se siente preparado para una nueva temporada. “He superado las molestias que arrastraba y estoy pudiendo trabajar muy duro las últimas tres o cuatro semanas. Estoy muy motivado”, comenta Federer, cuyos planes para la gira europea de tierra son una incógnita.
Este año es también clave para Andy Murray, que arranca cerca del puesto 300 de la ATP y debe demostrar que ha superado su lesión de cadera porque el paso del tiempo no perdona. Pero por encima de los veteranos, el mayor desafío es para los jóvenes. Zverev, Thiem, Tsitsipas, Coric, Khachanov, Edmund, Shapovalov tienen que confirmar de una vez que son capaces de desbancar al trío de leyendas que se ha repartido los ocho últimos Grand Slams.