vitoria - La Primera Semana Vasca de la Exploración, organizada por la Sociedad Geográfica La Exploradora en colaboración con la Asociación Africanista Manuel Iradier, reunió entre el 28 y el 30 de noviembre en Gasteiz a una notable representación en torno a la exploración, que contó en esta primera ocasión con charlas, audiovisuales y mesas redondas a cargo de exploradores, científicos y periodistas. En los dos primeros días se realizaron dos conferencias totalmente diferentes pero que hicieron pensar y reflexionar a todos los presentes que disfrutaron de ellas.
La primera la realizó la corresponsal de guerra y profesora de periodismo en la Universidad de Glasgow, Amaia López de Munain, vitoriana de nacimiento, que narró la crudeza sobre Libia y otras guerras olvidadas de África. Al finalizar la nombraron miembro de Honor de La Exploradora junto a los exploradores Michael Stewart y David-Hempleman Adams, y la investigadora del CSIC Carmen Martín. La segunda de las conferencias trató sobre la exploración y la historia de la arqueología subacuática y los ponentes fueron Xabier Armendáriz, historiador y explorador del mar, y José Manuel Matés, arqueólogo marino. La última jornada se dedicó a la entrega de los premios Manuel Iradier y las medallas de La Exploradora de la mano de Miguel Gutiérrez, presidente de la Sociedad Geográfica de La Exploradora, y Maider Etxebarria, directora de Turismo del Gobierno Vasco.
Gutiérrez consideró que esta I Semana de la Exploración “da fe de nuestra historia y hace justicia con el presente”, e hizo hincapié en la importancia de los vascos por el mundo. “Es tal que fue uno de nosotros como Juan Sebastián Elcano el primero que dio la vuelta al mundo, y otro vasco como Legazpi, el primero en completar la ruta comercial del Pacífico que daba inicio a la globalización”, ilustró con una notable capacidad divulgativa ante el centenar de asistentes a la jornada.
Para la entrega de los primeros galardones de la tarde se quiso poner en valor los proyectos culturales y científicos de índole viajero. El primero de los reconocimientos fue el profesor Andoni Sáez de Muruaga, al que se le otorgó el premio BTI Manuel Iradier al Proyecto Científico por su exploraciones y estudios en el Sáhara Occidental. Se mostró tremendamente agradecido y además de asegurar haber aprendido mucho a lo largo de los años, recalcó no entender “la conciencia científica sin el poder o necesidad geográfica y humanitaria”.
Cuando emprendió su proyecto supo en todo momento que se adentraba en un mundo “complicado” pero sabía que “un investigador no puede estar apartado de la realidad que vive”. Concluyó afirmando que los seres humanos no pueden ignorar la realidad y en su caso, una vez allí, supo que era su camino y quizá su deber en esta vida. “Sabíamos que su cultura (nómada) se moría y tras convivir con ellos teníamos que ayudarles a que sobreviviesen”, explicó.
La corresponsal de EiTB Ane Irazabal fue la segunda premiada de la noche. En su caso recibió el premio Manuel Iradier a la Comunicación por su cobertura en Oriente Medio y la crisis de los fallecidos en el Mediterráneo. La de Arrasate quiso reivindicar el buen hacer de un corresponsal y del buen periodismo. Remarcó el peligro de “caer en el sensacionalismo” cuando se proyectan imágenes de guerra y aludió a la importancia de reivindicar la información dejando de lado el sentimiento que pueda generar. Para ello hizo ver a los presentes lo “olvidadiza” que la sociedad puede llegar a ser con un simple ejemplo: “En 2016 ocupábamos los titulares con los campos de Idomemi (Grecia) y ahora, dos años después, hay muchos sitios así”, lamentó. “Vivimos en la época de la cronificación de las crisis sociales o de refugiados, llegando al punto de que ya no sorprende la existencia de dichos campos alrededor del mundo”, abundó. Por último, apeló a la empatía que los corresponsales han de tener con las personas a las que entrevistan. “No podemos prometerles que nuestras acciones les vayan a cambiar sus vidas, lo único que podemos decirles es que les podemos ayudar a darlas a conocer”, matizó. Pero antes de nada y precio a realizar las entrevistas un buen corresponsal “tiene que adentrarse en su cultura, convivir con ellos y entenderles”.
Rosa Bayer fue la tercera premiada de la tarde. Recibió el galardón en materia de Cooperación por su trayectoria intachable en diversos proyectos de cooperación sanitaria en África y Sudamérica. Transmitió su agradecimiento por el reconocimiento y quiso dejar claro que no son conquistadores que arrasan con todo lo que se encuentran haya donde van, todo lo contrario. “Para ser cooperante hay que tener claro que lo primero al llegar al sitio es escuchar, ver, observar y aprender”, indicó. A partir de ese momento es cuando puedes empezar a ayudar, abundó la cooperante, cuyo objetivo, ya sea en el Amazonas o en Guinea, es ayudar a prevenir dándoles conocimientos para evitar que, por ejemplo, “la población infantil de esos lugares se muera de diarreas o enfermedades respiratorias”.
El último galardón correspondió a la categoría Empresa y los premiados fueron Miguel Díaz y Laura Hernández (Mars Gaming) por sus proyectos solidarios en Asia y África, además de sus ayudas en distintas exploraciones. Hernández aseguró que se sentían algo intimidados frente a los demás premiados en la sala. Indicó que en todos los proyectos promueven el intercambio cultural y que su mayor proyecto de emprendimiento fue el pasado verano junto a jóvenes con exclusión social. Su colega, por su parte, recalcó la importancia de ver distintas sociedades por el mundo y entre sus éxitos destacó que los viajes a Perú y a Groenlandia -en el que estuvo Miguel Gutiérrez- fueron un éxito.
Ante de concluir, también se quiso reconocer el espíritu viajero de los vascos por el mundo. Para ello se dieron dos medallas, una al Viaje del año y otra a la mejor Trayectoria. La primera fue para los montañeros Juan Vallejo, Mikel Zabalza y Alberto Iñurrategi por el rescate milagroso en 2017 en el Gasherbrum al colega italiano Valerio Annovazzi, que hubiera muerto de no ser por el arrojo y el tesón de los alpinistas vascos. “Hicimos lo que creímos que teníamos que hacer en ese momento”, explicó Mikel Zabalza en representación de sus colegas. “Valerio estaba ya rendido tras hacer muchos intentos por bajar al campo base desde los 7.100 metros de altitud e incluso se había despedido de sus familiares en su diario... Pero salió bien y nos lo agradeció con un queso parmesano”, bromeó Zabalza.
En cuanto al estilo de vida de los mendizales, indicó que es un mundo en el que muchas veces se tienen que salvar entre ellos, ya que a determinados sitios los helicópteros no pueden llegar y “muchas veces tu compañero de cordada es como tu vida”. En el fondo, enfatizó, muchas veces que el objetivo no es alcanzar la cima sino disfrutar del camino que te lleve a ella. “En este caso la meta era hacer cumbre pero conseguimos un mayor logro; salvamos una vida en el trayecto”, se felicitó.
El segundo reconocimiento fue para el navegante portugalujo Unai Basurko y su dilatada trayectoria en los mares de todo el mundo. Fue un homenaje al Océano, anunció Miguel Gutiérrez, tan amenazado por el cambio climático y la contaminación. Basurko lo agradeció con orgullo para deshacerse después en elogios hacia el resto de premiados de la noche, por los que aseguró sentir “admiración”. En cuanto a su reconocimiento se mostró muy satisfecho y reconoció, por desgracia, “que ahora no me tratan como un loco cuando digo que el Océano está lleno de microplásticos y tenemos que hacer algo”. Por eso quiso transmitir el orgullo que tiene por haber podido llevar adelante el proyecto de la Pakea Eskola donde ayuda a formar a la gente en la navegación además de transmitirles la necesidad de cuidar el mar y, si se da el caso, poder hacer con alguno de ellos alguna travesía. “Hoy en día no sabría decir si prefiero navegar solo o con gente, pero lo que puedo asegurar es que presenciar cómo las nuevas generaciones aprenden con nosotros en el barco es maravillosos”, concluyó el jarrillero.
Medalla La Exploradora al ‘Viaje del año’. Juan Vallejo, Mikel Zabalza y Alberto Iñurrategi por el rescate de un montañero en el Gasherbrum en 2017.
Medalla La Exploradora a la ‘Trayectoria’. Para el navegante Unai Basurko.
Premio BTI Manuel Iradier al ‘Proyecto científico’. Para el profesor Andoni Sáez de Buruaga por sus exploraciones y estudios del Sáhara Occidental.
Premio Manuel Iradier a la ‘Comunicación’. Para la corresponsal Ane Irazabal por su cobertura en Oriente Medio y su dedicación en torno al drama de los refugiados y los fallecidos en las aguas del Mediterraneo.
Premio Manuel Iradier a la ‘Empresa’. Para Miguel Díaz y Laura Hernández (Mars Gaming) por sus proyectos solidarios en Asia y África y sus ayudas a distintas exploraciones.
Premio Manuel Iradier a la ‘Cooperación’. Para Rosa Bayer, por toda una vida de cooperante sanitaria en África y Sudamérica.