Tras lo ocurrido el miércoles más de uno pensó que podía pasar algo parecido, pero la fuga se hizo con facilidad. Por un lado, era evidente que había gente con mucho motor en la escapada y por otro, que la guerra que tienen el Mitchelton y el Movistar por ver quién tira, benefició a la fuga. La escapada hizo una primera parte de la etapa rapídisima y lograron una gran renta. Atrás, el ritmo de caza era insuficiente. El Mitchelton tiraba con apenas dos hombres y cuando el Movistar se puso a tirar estaba claro que era imposible cerrar el hueco. La fuga llegó con mucho margen. La Vuelta tiene nuevo líder, Jesús Herrada, que como Rudy Molard encontró el liderato porque otros no lo quisieron. Estamos ante un panorama bastante extraño, en el que ningún equipo se quiere responsabilizar del maillot rojo. En mi opinión se debe a que las diferencias en la general son muy pequeñas. Nadie tiene una ventaja considerable, así que si alguien está pensando en llegar a Madrid, los equipos importantes se quieren ahorrar el trabajo de desgaste que supone el liderato. Quisiera destacar que la llegada fue una auténtica encerrona y que, por seguridad, no era digna de la Vuelta. No se puede hacer una llegada así. Incluso llegando una escapada hubo una caída por la estrechez de la carretera. Uno se puede imaginar el caos que hubiese supuesto un esprint masivo en una meta así.
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