Zamora - Abrojos. Dícese de una planta de tallos largos y rastreros, hojas compuestas, fruto redondo y espinoso y flores amarillas. Los abrojos dicen, son perjudiciales para los sembrados. También para los favoritos, al parecer. Demasiadas espinas. Pssssttt?. Pinchazo. Pssssttt, Quintana. Psssttt, Simon Yates. Psssttt, Kelderman. Pssssttt, Igor Antón. Pssssttt, Nelson Oliveira. La Vuelta perdiendo aire, al unísono entre los campos de Castilla, cerca de las cosechas, donde los pinchos salieron a saludar a la Vuelta. La otra versión es que las púas procedieran de chinchetas, que no crecen precisamente en la naturaleza. Después del día de descanso y resuelto en el pelotón que se debía llegar al esprint, que venció el más rápido, Elia Viviani, los perjudicados porla falta de presión en las ruedas pudieron parchear la pérdida sin problemas. No hubo lamentaciones. Solo quedó el susto. Quintana dispuso a Amador, Oliveira y Carapaz para regresar al sofá mullido del pelotón sin dejarse ni un segundo. Simon Yates, el líder, descolgó a Jack Haig, Damien Howson y su hermano Adam para recobrar la calma y continuar con su segundo de ventaja sobre Valverde en la general. Keldermann, que perdió 1:44 en San Javier por culpa de un pinchazo y la fusta del viento, no se precipitó cuando paró en la cuneta. Conocía el protocolo y retornó sin histeria. Después, cuando estaba dentro de la zona de protección, padeció otro pinchazo. Paseó hasta la meta sin pérdida. Lo mismo que Igor Antón, otra víctima del abrojo o de lo que fuera. “Ha sido algo raro, he contado ocho corredores pinchados en un momento”, dijo el galdakoztarra sobre algo que pinchó tantas ruedas indiscriminadamente. Una ametralladora.
Así acribilló Elia Viviani a sus rivales en el esprint en el que exhibió su inconfundible reprís por segunda vez en la carrera. Dos veces ha pintado la Vuelta con la bandera de Italia que le reboza el maillot, pero también los pies. Sus zapatillas también están decoradas con el color de la tierra de Garibalidi. Con ellas dio otro puntapié para marcar. Bigoleador. Con la nómina de velocistas puros laminada, dispersa y correteando por el Tour de Gran Bretaña, Viviani celebró la victoria con comodidad, sin agobios, ante Nizzolo y el campeón del mundo. Sagan trató de domesticar a Viviani, pero al eslovaco aún le quedan largos ciertos duelos. Sagan no dispone de ese chispazo capaz para enceder la llama de la victoria. Segundo en Pozo Alcón, Almadén y Bermillo. “Viviani es más rápido que yo”, expresó. El pebetero le queda fuera de su alcance. Con todo, el eslovaco se empeñó en dar con la lumbre. Eso le sirvió para lucir de verde, el maillot de la regularidad. Se lo sisó a Valverde en Bermillo de Sayago, un pueblo que recibió con alborozo la caravana de la Vuelta, que a la hora de la merienda desembarcó con casi tantos habitantes como tiene un lugar duro, porque disponen de granito.
dura caída de petilli En el granito de cinceló Viviani su dominio en un día que celebraba la primera jornada de descanso. El pelotón optó por hacer puente mientras el líder Simon Yates dijo tener un plan que no quiso desvelar para el futuro. En el presente, solo Tiago Machado y Ezquerra decidieron arar la tierra en cuanto dejaron atrás Salamanca, que no vio firmar a Dan Martin. El irlandés tenía tareas más urgentes y, sobre todo, más importantes. Inscribir los nombres de las hijas gemelas que espera su chica. Ezquerra quiso dare identidad al Burgos-BH, un equipo en fuga para tener presencia en la Vuelta, su gran pasarela. Fugarse para ser visto, un concepto extraño, pero rentable en el ciclismo. Ezquerra se largó a recorrer tierras secas pero no tan calurosas. La Vuelta ha abandonado el crematorio. A Ezquerra se unió Thiago Machado. Richie Porte, que no está para planta noble, intentó ser parte de la escapada. Porte careció de recorrido.
Peor le fue a Simone Petilli (Emirates), que encogió el corazón de la Vuelta tras una caída en la que sufrió una conmoción cerebral que le dejó inconsciente en la carrertera. Inmovilizado, el italiano fue traslado en ambulancia, donde recuperó la consciencia antes de ingresar en el Hospital de Zamora. “Sufrió una conmoción cerebral después de estar brevemente inconscient. También sufrió un corte profundo en el arco del ojo izquierdo que requirió puntos de sutura, y tiene varios dientes rotos. Ahora está en el hospital en una condición estable. Es capaz de interactuar con el médico del equipo, y la resonancia descartó cualquier problema neurológico”, anunciaron con alivio desde su equipo. Camino del hospital Petillio, la Vuelta perdió aire. Un pinchazo tras otro. Se desinflaron Quintana, Simon Yates, Keldermann, Antón, Oliveira? se parchearon a tiempo. Cuando se calló el pssssttt, Viviani.