Fue un día muy complicado, de esos que no te quieres encontrar cuando sales con el objetivo de pelear por la general, pero si llega, mejor ahora que en la segunda o tercera semana de carrera. Exploté del todo. Hasta ahora, las sensaciones habían sido buenas, me sentía fresco pero pasé un día malísimo. Creo que me afectó la deshidratación de la etapa anterior. Cuando pasamos el primer puerto de primera y entramos hacia el interior, el calor era insoportable. Estábamos a 37 o 38 grados de temperatura. Me afectó mucho. Iba medio mareado y sentía que no tenía reflejos. Iba realmente mal y parecía que la cabeza me iba a estallar. A mitad de la subida a Alfacar, sabía que perdería tiempo y eso me iba a dejar sin opciones, así que dejé marchar al grupo. Hay que ser inteligente. Al final, teniendo a un corredor como Miguel Ángel López, que tiene muchas opciones de estar entre los mejores, lo más sensato es centrarse en ayudarle y a partir de ahora toca estar al 100% con él. Es lo que hay. En cuanto a la etapa, nadie daba un duro por la fuga, pero se dieron varios factores para que pudiera llegar. El Sky dejó hacer y el Movistar tampoco tomó la iniciativa. Los equipos están más conservadores sabiendo lo que hay por delante. En nuestro caso teníamos a Stalnov. Se quedó muy cerca de rematar. Hubiese sido un gran premio para él, pero la victoria se la llevó Ben King.
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