La edición 2018-19 de LaLiga Santander será histórica por ser la primera en la que se aplicará el vídeoarbitraje, conocido como VAR por sus siglas en inglés, en la competición española, un elemento que llega después de haberse utilizado en citas tan importantes como el reciente Mundial de Rusia. El asistente arbitral por vídeo se dio a conocer en 2016, durante el Mundial de Clubes que ganó el Real Madrid en Japón, al año siguiente en la Copa Confederaciones y en la pasada temporada llegó a la Bundesliga, la Serie A italiana, la Primeira Liga portuguesa y al Mundial.
En Rusia fue protagonista de principio a fin. Desde el tercer día de competición, cuando en el Francia-Australia de la primera fase el árbitro uruguayo Andrés Cunha tuvo que parar el juego por una zancadilla en el área de Josh Risdon sobre Antoine Griezmann que en primera instancia el colegiado no consideró merecedora de penal pero que, tras ser avisado, visionó y rectificó. Fue la primera de las 16 decisiones arbitrales rectificadas por el videoarbitraje durante Rusia’18, un Mundial que vio 29 penaltis, muchos más que los acostumbrados en otras Copas del Mundo, y repercutió en el crecimiento de los tantos a balón parado (70, casi un 42% de los goles totales).
Para el presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, el VAR acabó “definitivamente” con los goles en fuera de juego y aumentó el acierto arbitral hasta el 99,2%. Eso mismo esperan LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol en esta temporada. La cara visible del VAR en la competición estatal es el excolegiado internacional Carlos Velasco Carballo, presidente del Comité Técnico de Árbitros y responsable de las jornadas de formación a árbitros, jugadores y medios de comunicación. Durante sus intervenciones en los últimos meses, ha insistido en recordar que el VAR no sustituye al árbitro en el campo, sino que le asiste, ya que el colegiado sobre el terreno de juego siempre tiene la última decisión, y ha confiado en que el sistema acabe con conductas violentas, simulaciones y protestas.
Este nuevo sistema de arbitraje por vídeo incorpora al equipo arbitral otro grupo de colegiados que estará en la sala de visionado de la sede de la RFEF en Las Rozas compuesto por un VAR principal (un árbitro de LaLiga Santander en ejercicio) y uno o varios asistentes, denominados AVAR. Su cometido será revisar las imágenes de las cámaras del estadio, para lo que contarán con un realizador independiente del que trabaja para la televisión, y alertar al árbitro en el campo en cuatro supuestos muy concretos: goles, penaltis, tarjetas rojas directas o situaciones de confusión de identidad.
En caso de gol, el asistente VAR revisará si viene de fuera de juego, si hay falta del equipo atacante previa al gol, si el balón ha salido fuera del terreno de juego antes del gol o si ha traspasado o no la línea de gol. Solo avisará al árbitro si se ha producido un error. En situación de penalti, analizará si es un penalti muy claro y muy manifiesto, si es dentro o fuera del área, si hay fuera de juego en la jugada del penalti, si hay falta previa en el ataque del equipo o si el balón se ha marchado fuera del terreno de juego. En caso de tarjeta roja directa, no de segunda amarilla, se revisa el incidente; y en caso de un error de identidad, el VAR puede advertir al árbitro cuando ha señalado una situación sobre un jugador que correspondía a otro.
El momento en el que el VAR entra en juego ya es bien conocido por los aficionados: el árbitro extiende la palma de una mano y se lleva un dedo de la otra mano al oído para detener el juego y alertar de que se está revisando una jugada. Podrá aceptar o rechazar la recomendación, o bien acercarse a ver la jugada. En el caso en que el colegiado decida acudir al monitor de la banda para ver la repetición, dibujará un televisor en el aire con las dos manos antes de revisarla y, una vez visionada, volverá a hacer el mismo gesto para después anunciar la decisión tomada.
Que no sea constante Ese gesto, el dibujar un televisor para anunciar que se va a revisar la acción, ya se convirtió durante el Mundial en uno más para el repertorio de reclamaciones de los futbolistas. No obstante, el lema de su implantación es “mínima interferencia, máximo beneficio”, que no sea un recurso constante. Durante la primera quincena del mes de agosto, los árbitros españoles aprovecharon los amistosos de pretemporada para realizar las últimas pruebas.