Bilbao - Peio Goikoetxea se ve obligado a dejar de lado el ciclismo. Tendrán que extirparle el riñón en los próximos días debido a una enfermedad renal. Una estenosis, un estrechamiento de las vías sanguíneas, impedía que le entrara suficiente sangre al órgano. Tras meses de dolores en el costado izquierdo, el ciclista de la Fundación Euskadi deberá pasar por el quirófano. El de Ermua, sin embargo, se muestra optimista ante las piedras del camino. “Ahora el único objetivo es ponerse bien para hacer vida normal”, escribió Goikoetxea en una carta difundida a través de las redes sociales.
La carrera deportiva del ciclista vizcaíno no ha sido fácil. En 2015 le fichó el Postobon colombiano, pero tras unos meses tuvo que retroceder. Pasó a un equipo continental para volver a casa, al Ampo, de nivel amateur. En 2017 recibió la llamada de Mikel Landa para recalar en la Fundación Euskadi. Debía ser de uno de los líderes de un núcleo muy joven y su misión era aportar experiencia en esta nueva etapa. “Arranqué esta temporada con todas las ganas del mundo para quedarme en esto mucho tiempo, pero no ha salido como lo había querido o previsto”, relata Goikoetxea en su comunicado. Pero su nueva andadura no comenzó como esperaba, ni en sensaciones ni en resultados: “A mediados de abril me empecé a sentir bastante mal durante la disputa de Route de Finisterre y Tro Bro Leon en Bretagne”. El corredor de Ermua se quejaba del lado izquierdo. “El malestar era continuo y los pinchazos en el costado cada vez más habituales”. Desde la Fundación Euskadi siguieron de cerca todo el proceso. “Ha sido una noticia triste el desenlace de Peio. Empezó a notarse mal desde el principio de año, veía que no se recuperaba, que no estaba dentro de los parámetros normales”, cuenta Jorge Azanza, director técnico de la Fundación Euskadi. A pesar del persistente dolor, el corredor intentó volver a competir en las carreteras. Misión imposible.
Entonces empezaron las pruebas para encontrar el foco del dolor. En todo ese viaje por las salas de espera siempre tuvo el respaldo de su equipo. “Hasta el propio Mikel Landa me trasmitió toda la confianza y apoyo”. “Hasta ahora se ha hecho un montón de pruebas con diferentes especialistas, métodos y diagnósticos”, relata el director. Al final, detectaron la causa por la que Goikoetxea no podía seguir haciendo lo que más le gustaba desde niño: disfrutar encima de la bicicleta. No le faltará nunca el inestimable favor de la Fundación Euskadi encabezada por Azanza: “Confiamos en que todo vaya bien, sobre todo para su vida normal, su salud ese es el objetivo prioritario”. En los próximos días, el ciclista de Ermua pasará por el quirófano para extirparle el riñón. “No va a ser fácil, pero por suerte estoy seguro de que tengo un entorno que me ayudará y apoyará sin ninguna duda. Y eso es lo que realmente importa”, cierra la carta el de Ermua.